Se consolida como la defensa contra el COVID-19. Es el cubrebocas que puede detener la variante ómicron, pero para los mexicanos, desafortunadamente su precio parece solo ir para arriba. Al menos por el momento.
El inocente utensilio es también ejemplo que ayuda a explicar que este país de petrolero solo tuvo las reservas.
El KN95 está hecho de propileno, un polímero que se convierte en fibras. Muchas delgadas fibras tejidas que cuelgan de nariz y orejas y que en otra ‘vida’ pudieron acabar quemadas calentando una sopa de fideos.
El propileno, en procesos industriales proviene del propano, que generalmente deriva del petróleo y del gas natural. Es la mayor parte de lo que ustedes guardan en su tanque de gas LP, que está lleno de butano y propano.
Los mexicanos cada vez producen menos gas LP. Pemex entregó el año pasado una cantidad 20 por ciento inferior a la de 2018 y un volumen 40 por ciento más pequeño que en 2016.
La materia prima que en la Ciudad de México se usa para quemarla y calentar el agua en el ‘bóiler’ es usada cada vez más para producir cosas como los cubrebocas KN95. En Asia particularmente, para fabricar polipropileno, un polímero utilizado para fabricar interiores de automóviles y empaques.
Afuera de México las nuevas inversiones petroleras recientes rara vez se destinaron a refinación y más bien fueron dirigidas a la petroquímica, para su uso futuro en lo que dará más viabilidad a la explotación del petróleo: la fabricación de plásticos.
“Se espera que las exportaciones de GLP de Estados Unidos a Asia Pacífico continúen creciendo en 2022, ya que la fuerte demanda petroquímica en la región impulsa la compra del sector de materias primas estadounidense, particularmente propano, mientras se expande la producción nacional”, expuso la consultora londinense Argus la semana pasada.
“Estados Unidos continuó enviando más del doble del volumen de GLP a Asia Pacífico en comparación con Europa en la segunda mitad de 2021″, añadió en un documento.
Esas compras coincidieron con otras sin precedente que tuvo el vecino al sur de la nación en cuestión:
México importó el año pasado 10 por ciento más propano proveniente de Estados Unidos, con respecto a las compras que hizo en 2020, con cifras contadas hasta octubre por la Energy Information Administration del gobierno de ese país.
Con esos datos, México se consolida en el grupo de los cinco mayores compradores de esta materia prima para la nación vecina al norte y por esta razón, el precio del gas doméstico LP -aún con inversiones y presiones gubernamentales marca Bienestar sobre el mercado- aumentó su precio casi 10 por ciento desde el inicio del sexenio.
“Se espera que la producción y las exportaciones de propano de Estados Unidos aumenten este año, ya que las preocupaciones (en ese país) sobre los déficits de este invierno disminuyeron en el cuarto trimestre. El clima templado en noviembre y principios de diciembre moderó la demanda de existencias, que había sido más de una quinta parte inferior a los niveles del año anterior durante gran parte del año pasado luego del clima extremadamente frío en febrero de 2021″, expuso Argus.
Es un panorama menos agresivo que el que planteaban analistas antes del invierno, mismos que vaticinaron un inevitable y explosivo repunte de precios
“El fuerte aumento en los precios mundiales de GLP desde fines del tercer trimestre hasta noviembre de 2021 debido a los temores sobre los inventarios fue ‘un poco exagerado’, dijo la consultora citando a Rob Donaldson, vicepresidente senior de la firma estadounidense de midstream Targa Resources.
Todo este contexto recae en el humilde cubrebocas hecho a partir de insumos que son cada vez más peleados por una industria urgida de plásticos para todo lo que la gente compra y que llena barcos, camiones y trenes.
La perspectiva de una baja de precios en este importante aditamento por el momento parece impensable y suma a una inflación que a todos afecta.