Todo lo que se nos vino encima. Ahora la gente está al pendiente de una guerra que sin dudas cambiará la relación entre países, pero hace un mes el tema más relevante en todas las naciones era la variante ómicron de un coronavirus del que hoy cada vez se habla menos.
Entre esos dos temas se metió el cambio climático que es una batalla visible permanente desde la década pasada, que junto con la digitalización está cambiando todo.
En esas aguas las empresas hacen lo posible por hacerse de un espacio permanente en la mente de la gente. Optan por crear comunidad.
Oxxo Premia es una apuesta de FEMSA que también empuja Spin, un servicio financiero visible a través de una tarjeta de débito y un Club Oxxo que ofrece WiFi en sus tiendas.
Pero revisen a Walmart de México, enfocada en evitar que Amazon, Liverpool o Mercado Libre se le metan más por la vía de la entrega a domicilio.
La empresa dirigida por Guilherme Loureiro parece acelerar en la creación de comunidades que conformen un círculo cercano de consumo más allá de su Sam’s Club. Pretende una suerte de redil para mantener su bastión: el mercado conformado por quienes tienen medianos y bajos ingresos en el país.
Lo dijo claramente su CEO a analistas el mes pasado:
”Nuestro negocio principal está impulsando el ecosistema y al mismo tiempo, los nuevos negocios que estamos creando impulsan el compromiso del cliente, lo que fortalece el negocio principal para volverlo más grande y resistente”.
”Pueden ver ejemplos en todo el negocio de cómo hemos estado entregando soluciones que aumentan la participación del cliente”, insistió.
Un ejemplo de esfuerzo por fortalecer el compromiso o eso que los estadounidenses llaman engagement puede ser el de un compendio de beneficios que agrupó Walmart para sus clientes de Bodega Aurrerá, su cadena más grande de tiendas.
Basta proporcionar nombre, dirección y un número telefónico para recibir, entre otras cosas, descuentos. Pero entre los otros beneficios asoma una plataforma que recientemente fue notoria porque reveló una nueva capitalización. Se trata de una empresa tecnológica mexicana llamada Trebel, dirigida por Luis Soto, que provee de música los smartphones de sus usuarios, sin pagar una tarifa.
Inicialmente fue financiada por gente como Adrián Sada Cueva y el fondo Auria Capital en el que destaca Óscar de la Garza Clariond. Esta compañía ofrece la posibilidad de bajar permanentemente música de internet de forma gratuita y legal. A cambio, el beneficiario queda expuesto momentáneamente a publicidad durante el tiempo de la descarga.
La empresa anunció al inicio de marzo una capitalización de 25 millones de dólares en una ronda B de financiamiento, dinero aportado primordialmente por una empresa de medios de Indonesia llamada MNC Media, dinero que puede darle viabilidad a la operación de la compañía
A Walmart o Bodega Aurrerá, el acuerdo puede darle el beneficio de ofrecer a sus clientes un servicio que le permitirá afianzar un vínculo y para Trebel, significa una plataforma para ampliar su clientela ante el reto de competir, entre otros, con YouTube.
Amazon, Mercado Libre y Walmart, compiten al final de cuentas en un espacio limitado, que es la pantalla de los celulares en los que la gente termina bajando un número limitado de aplicaciones.
Aquél que ofrezca mayores razones a los usuarios tiene una posibilidad mayor de tenerlos como clientes de largo plazo.
El engagement o compromiso directo será una estrategia cada vez más evidente en la fuerza de ventas de empresas que para fines prácticos venden commodities o servicios que ya la gente da por hechos: pagos en línea, entregas el mismo día o al día siguiente, servicios financieros.