Han pasado dos años, finalmente esta Semana Santa podría ser como las de antaño. Independientemente de la situación del virus, en las calles se percibe un color verde, verde semáforo.
En espera de que los hechos confirmen la percepción, los datos de Google Trends muestran que la gente ya busca la palabra “hotel” como en un marzo previo a la pandemia. Indicadores de Apple advierten que los mexicanos con Iphone ya se mueven más que en 2019.
¿Han intentado comprar un boleto de avión en estos días? La demanda empieza a chocar con la oferta de aviones, lo que ha disparado los precios. Están 18 por ciento más caros que hace dos años, dice el Inegi.
Es el golpe más duro que dejó la pandemia a quienes suelen vacacionar.
Desde marzo de 2020, los restaurantes elevaron sus precios 14 por ciento y ambos indicadores advierten el impacto que dejarán en la billetera de todos los viajeros el relajo que dejó el COVID-19 en las fábricas y el capricho incomprensible del ruso Vladimir Putin y su invasión a Ucrania.
Son los hoteles los que parecen resistir al máximo el impacto. El Inegi advierte que prácticamente no han elevado sus tarifas. Apenas se encarecieron uno por ciento desde hace dos años.
Asumiendo que ustedes están en la parte alta de la tabla de consumo y solían gastar unos 20 mil pesos por persona durante las vacaciones antes de los confinamientos, la inflación provocará que ahora dispongan de un 20 por ciento más para ese gusto; eso representa unos 4 mil pesos cada uno; 8 mil pesos si van en pareja.
Quienes mueven los mercados asumen que sí, que con muchas probabilidades ustedes y otros llenarán este año los hoteles. Todo, a partir de la semana entrante.
Las acciones de Grupo Posadas -compañía mexicana dueña de marcas como One, Fiesta Inn y Fiesta Americana- elevaron su precio 40 por ciento respecto al año pasado. Entre las extranjeras, las de Hilton aumentaron 27 por ciento.
El marginal incremento en tarifas por noche indican que está dura la competencia, particularmente ahora que enfrentan la creciente inflación como todos los negocios; propuestas crecientes de Airbnb, que ofrece casas en renta temporal a turistas, y además deben hacer frente a gastos antes hipotéticos y ahora reales:
Fueron de las primeras víctimas de la incertidumbre de una pandemia que puede regresar aunque nadie lo quiera y ahora parecen serlo también de los efectos del cambio climático.
Echen un ojo a un reporte emitido al inicio del confinamiento por CBRE, el gigante comercializador de servicios inmobiliarios.
“Desafortunadamente, desde (2017), los gastos de seguro hotelero han tenido una fuerte trayectoria ascendente. En 2018, los costos de los seguros hoteleros aumentaron un 10.7 por ciento, seguido de un aumento estimado del 15.5 por ciento en 2019″.
“Al analizar los datos por tipo de propiedad y región geográfica, es evidente que los huracanes Harvey, Irma y María contribuyeron significativamente al aumento reciente de los gastos de seguros. Desde 2015 hasta 2019, los hoteles en la categoría de ubicación de resort y las propiedades en el sureste experimentaron los mayores aumentos en los costos de seguros”.
Los hoteleros recibirán durante estas vacaciones a los turistas que estuvieron parcialmente ausentes durante la pandemia.
Sus empleados se esforzarán por obtener propinas, ante la escasez de trabajo de dos años de pandemia que se cumplen esta semana y la muy probable acumulación de deudas que les dejó como herencia. La incertidumbre aún no termina, ahora por otras razones.
Después de dejar la maleta, ustedes saldrán a la calle y verán otros precios. Pero el turismo parece estar de vuelta.
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