Es extraño encontrar ‘cripto’ cerca de la palabra dólares. Se supone que son agua y aceite.
La moneda estadounidense representa el sistema y el blockchain en el que ‘transitan’ todas las nuevas criptomonedas simboliza el camino para escapar de éste.
Pero la gente está comprando más dólares que bitcoin en la misma carretera, en circunstancias comparables. Esto debe explicarse, vamos por partes.
El sitio coinmarketcap.com detalla todos los días el comportamiento en el mercado mundial de los cripto activos.
Ayer, esta fuente de información expuso que durante las últimas 24 horas contadas hasta la tarde del martes, se negociaron 52 mil 800 millones de dólares de tether y 27 mil millones en bitcoin.
Esta última, como sabemos, es una plataforma independiente cuyo valor se basa en la confianza, solo en eso. En que el poseedor de bitcoin encontrará algún comprador anónimo.
Su valor sube o baja en función de la demanda. Ésta parece haberse desplomado durante los más recientes 12 meses; bajó desde casi 60 mil dólares al arranque de mayo 2021 a 37 mil dólares por unidad, ayer.
El tether no cambia de valor. Para entenderlo recuerden aquella kermés, esa fiesta a la que llegan a comprar comida, pero antes deben adquirir ‘boletos’ que valen lo mismo que los pesos, y ese valor comercial se limita a las paredes de la escuela o recinto del jolgorio.
La ‘kermés’ del tether es la propia plataforma digital creada por sus fundadores a la que a decir de los datos, acuden cada vez más personas a intercambiar estos boletos o ‘tokens’ al margen de cualquier gobierno.
Cada tether vale siempre un dólar y quien lo compra –a sabiendas del riesgo que representa entregar dinero a un desconocido– está expuesto a pagar una comisión a los intermediarios. La definen como ‘stablecoin’ o moneda estable, por la misma razón.
Comprar tether o algo de bitcoin supone un esfuerzo similar que francamente, no es muy relevante. Necesitan abrir una cuenta en una casa de cambio o exchange digital, en lenguaje de Silicon Valley (o de la Colonia Roma).
Binance, Coinbase, Crypto o la mexicana Bitso, pelean en el ring de su smartphone, por ganarse el favor de su dinero, invirtiendo en publicidad aproximadamente la mitad de sus gastos totales. Por eso es que los ven todo el tiempo en el futbol.
Abrir su cuenta implica vincularla con alguna tarjeta bancaria desde la que harán depósitos para adquirir sus ‘criptos’. Una vez superado ese paso, comienzan las decisiones. ¿Qué compro?
Solamente Bitso ofrece 37 opciones entre las que se encuentran bitcoin y tether. ¿Recuerdan cuando solo había uno?
Dado que la primera sí responde a factores de mercado, puede permitirles tener alguna utilidad al comprarla y venderla, si atinan al momento adecuado en ambas operaciones.
La otra les dará esa oportunidad, también, pero solamente a quienes entiendan el negocio del cambio de monedas oficiales. De acuerdo con sus propias reglas, el tether siempre valdrá un dólar y obtener ganancias depende de que éste gane valor respecto al peso o al euro, digamos.
Lo que se dice menos es que con bitcoin o tether corren el riesgo de perderlo todo. Los exchanges pueden estar vigilados, pero no hay autoridad que respalde las reglas de blockchain, una cadena de bloques de información guardada en los miles de computadoras que participan en cada proceso.
Quien prometa que invertir en criptoactivos solo deriva en fortunas, debe estar basado en la ingenuidad o en una estrategia que apesta a fraude.
Tan cierto es eso como la oportunidad que promete la citada cadena de bloques.
Hoy la gente encontró un modo de hacer transacciones con dólares sin salir a la calle, ni pisar una sucursal, y con ello ahorran probablemente comisiones o el pago de ciertos impuestos. Quien no entienda ya lo que ofrece el blockchain debe asumir otro riesgo: el de quedar al margen de una nueva economía que está detonando y cambiará el modo en el que intercambiamos cosas, dinero y otros valores.