John Kerry teje un plan para México, no está libre de obstáculos y entre los primeros que debe librar está la política de su propio país. Pero el actual enviado para el Clima, a quien referí en la columna de ayer, tiene información que puede indicarles a ustedes lo que pueden hacer en el largo plazo.
Pero primero, vamos con el cortísimo, que es en donde se suele planear la mayoría de nuestra política de económica nacional, tan hecha con prisa desde hace décadas.
Ayer, ya se supo, lo que resaltó fue el anuncio de que la inflación mundial va para largo, el Banco de México seguirá seguramente al banco central de su vecino, la Reserva Federal, para encarecer más el dinero a los compradores y pagar mejor a los ahorradores.
Allá, subieron la tasa de referencia tres cuartos de punto porcentual. Eso significa créditos más caros y gente que por esa razón, compre menos cosas. Acá no pueden quedarse atrás, porque también Banxico debe pagar mejor a quien guarde acá su dinero en lugar de gastarlo. Todo anticipa un alza prolongada y un adiós temporal al dinero barato.
Así está el concierto actual que todo suena al son de precios que suben y montones de burócratas y banqueros en modo de reacción.
Luego están los otros, los emprendedores, empresarios y afortunados herederos que quieren evitar que su riqueza se haga menos, o aumentarla, si hay oportunidad. Para ellos, la visión es de largo plazo.
Un discurso de la semana pasada del exsecretario de Estado de Estados Unidos, reveló hacia dónde apunta el zapato de la economía estadounidense.
Un camino está en el tema energético, con más y más gas exportado a México, sí, pero también a una Europa urgida de cambiar de proveedor de gas. Vienen oportunidades para quien quiera verlas, particularmente en un campo que hoy es el que más dinero deja, en términos de margen de ganancias, vaya.
Ése está en la disrupción. Las dos primeras décadas del siglo XXI se fueron en ver cómo el software se adueñó del calendario de ustedes, ahora con aplicaciones que les marcan a qué hora es el siguiente Zoom, para que luego aborden un Uber y se suban a un avión con el boleto que compraron en línea, para hospedarse en un Airbnb en el que verán sus películas de Netflix. Eso está bien.
Pero de acuerdo con Kerry y con el hombre que probablemente más dinero administra en el mundo, Larry Fink, jefe de BlackRock, esta década es para quien resuelva el problema de producir energía de manera sustentable.
El satanizado petróleo sirvió y sirve a la humanidad, que cambió el aceite de ballena y coco, por luz eléctrica derivada de un motor que funciona a diésel o gas. Pero a decir de la sequía nuevoleonesa o de Sonora, eso ya dio de sí. Lo que sigue son oportunidades para quien cambie el curso.
El jueves, ante miembros de la poderosa cámara de empresas estadounidenses, la US Chamber of Commerce, Kerry mencionó lo que hace hoy Alphabet, empresa más conocida por su empresa Google. Alphabet también es dueña de X, o Google X, una compañía dedicada justamente a estructurar lo que ustedes pagarán en 2030 vía recibo o vía impuestos.
En su ‘portafolio’ guarda Malta, una empresa que está dando forma a una tecnología que almacena electricidad de fuentes de energía renovables como calor dentro de grandes tanques de sal fundida a alta temperatura y como frío en grandes tanques de líquido.
El sistema puede descargar electricidad de vuelta a la red cuando la demanda de energía es alta, de manera efectiva, ‘cambiando el tiempo’ de energía desde que se produce hasta que se necesita más.
México está en los planes de Estados Unidos para producir y almacenar energía. Insisto en que si hay que voltear a ver el Google Calendar de un funcionario, es el de John Kerry. Suerte.