Los hombres ganaron de nuevo. Para quien es mujer, crecieron las probabilidades de estar agotada y con ganas de hacer una pausa en su carrera.
Un estudio de la consultora McKinsey liberado hoy muestra estadística reveladora acerca de cómo a raíz de la pandemia, complicamos más México y su ambiente empresarial y laboral para el sexo femenino. Volvimos más duro el progreso profesional de las mujeres… en pleno 2022. Van algunos detalles.
Es el término que en Estados Unidos conocen como burnout y que afecta a más de la mitad de las mexicanas con puestos de liderazgo. Los principales temores de ellas en este momento tienen que ver con perder su trabajo, pues tienen menos tiempo para actualizarse.
Sucede que México les encargó a ellas, entre otras responsabilidades, la atención de los niños durante la parte más complicada de los confinamientos.
Esta nación tiene una de las tasas más altas de madres empleadas que reportan haberse hecho cargo de la mayoría del trabajo relacionado con el cuidado de los hijos y la casa con un 60 por ciento. México ocupa el lugar 23 de 25 naciones analizadas.
Para conocer estos detalles, la consultora estadounidense realizó una encuesta que revela la diferencia de trato que dan compañeros y directivos a mujeres y a hombres.
Ese cuestionario está contenido en el estudio referido, llamado Women Matter México, cuya primera edición data de 2018. Este miércoles lanzaron su segunda edición.
Además de las preguntas a trabajadores, el análisis incluye otro hecho a los líderes de corporativos, acerca de su administración de recursos humanos.
El 40 por ciento de las madres que participaron en la encuesta dice que se ocupa totalmente de las tareas en casa y el cuidado de los hijos; solo 6 por ciento de los padres respondió lo mismo.
Un resultado así sería congruente con ideas conservadoras que muchos podrían considerar anacrónicas, pero esta es una investigación de este año.
Insertarse laboralmente en un ambiente que se transformó hacia la digitalización durante los dos años recientes demanda esfuerzo de todos.
“Pero a medida que la economía se recupera, el camino de las mujeres para reingresar al mercado laboral podría verse más complicado por la necesidad de volver a capacitarse o encontrar nuevos caminos profesionales”, apunta McKinsey.
Así que en lugar de mejorar el panorama, se deterioró para ellas.
Pero lo inquietante es que la percepción en la dirección de las empresas podría ser distinta, por lo que accionistas y directivos en general quizá no están al tanto. Los datos revelados muestran que tres cuartas partes de las empresas reportan la diversidad de género como una prioridad, en 2018 solo la mitad lo hacía.
El 80 por ciento de los empleados creen que su empresa está comprometida con la diversidad, contra 68 por ciento de 2018.
Es decir, la estadística que llega al CEO, o a la presidencia de la empresa, es que van bien.
Atención, aquí fueron consultadas grandes organizaciones, las que en teoría están mejor administradas. El análisis contempla a 120 empresas de consumo, comercio minorista, energía, industrial, finanzas, servicios profesionales, logística y transporte.
En conjunto, estas 120 empresas emplean a más de un millón 100 mil colaboradores en México y facturan aproximadamente 35 por ciento del PIB.
¿Qué pueden hacer todos? Formar un comité de diversidad, con objetivos cuantitativos claros incluso en el proceso de reclutamiento, como el requerimiento de un mínimo de una candidata. También, sugiere Mckinsey, tener un proceso formal de retención de ejecutivas y un programa de mentoría.
Lo demás, a la vista de los hechos, puede no tener impacto.