¿Puede surgir de un alumno de la UNAM un negocio de alcance global? Veamos.
Hasta ahora ya nos picaron con Moderna, Pfizer, Astra Zeneca… pero el Covid-19 sigue vivo.
Por eso conviene voltear a ver una empresa coreana famosa por sus celulares y sus pantallas que podría atacar el coronavirus con un poderoso armamento, estructurado por un hombre nacido en México y su empresa basada en Boston.
Ayer expuse aquí que Greenlight Biosciences –compañía fundada por el graduado en Ciudad Universitaria, Andrey Zarur– consiguió el viernes la firma de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para trabajar en conjunto con el Instituto Nacional de Salud (NIH) de ese país.
Unidos, científicos de la empresa y del NIH crearán y probarán fórmulas de vacunas contra el coronavirus que provoca la presente pandemia y sus investigaciones pueden derivar incluso en otras para otros tipos de virus, como el VIH.
Hasta ahí se había quedado la historia hasta la semana pasada. Pero este lunes, Greenlight, compañía que cotiza en el Nasdaq, reveló otro suceso. Éste le vincula con la citada firma coreana.
Al grano: la empresa de Zarur y Samsung Biologics, filial de la productora de electrónicos, trabajaron exitosamente en procesos de ingeniería a escala comercial para la producción de ARN mensajero, justamente el que hace posible entrenar a las células para protegerse contra virus como el de Covid-19.
Si recibieron la vacuna de Pfizer o de Moderna, ustedes ya experimentan en carne propia los efectos de esta nueva medicina que por su precio no está al alcance de todos los gobiernos.
¿Qué puede esperarse de la nueva mancuerna? La próxima producción masiva y venta de vacunas Greenlight, accesibles en distintos puntos del planeta, para no limitar su oferta a lo que venga de países desarrollados.
Eso se suma a lo que trabaja también la compañía con el gobierno estadounidense, que proveerá de fórmulas que ataquen no solo al virus existente, sino a los que vengan. ¿Cómo lo hacen? Mediante la acumulación de miles de casos de Covid que se meten a bases de datos.
Estos se analizan mediante inteligencia artificial capaz de asimilar millones de elementos para determinar el comportamiento, por ejemplo, de Ómicron o de las más recientes cepas del coronavirus. Con ello es probable hacer un ‘caleidoscopio’, las próximas vacunas serán un mosaico que puede anticiparse al surgimiento de variaciones del virus original.
A eso sumarán insumos de fácil acceso de una fórmula elaborada por Greenlight, lo que abarata la producción y por tanto, las vacunas. Menos costo y más producción. ¿Resultado? Un ataque fulminante al Covid a partir del año entrante.
Eso ya es bueno, pero paralelamente hablamos de un negocio. Samsung Biologics triplicó sus ingresos desde 2019 y este año podría superar el equivalente a 2 mil 100 millones de dólares con una utilidad neta de más de 500 millones.
Su enfoque en el trabajo por contrato de manufactura de productos biológicos la ubica como la mayor del mundo con esta visión, de acuerdo con el mayor banco estadounidense JPMorgan, que la tiene como sus consentidas en rango de overweight.
Entre los propietarios relevantes de la compañía están Vanguard Group y BlackRock, los enormes fondos de inversión que visualizan un escenario futuro de crecimiento en la demanda de productos biológicos en detrimento de químicos sintéticos.
Justamente es la visión de Zarur en Greenlight, quien fundó la empresa buscando productos amables con el medioambiente que sustituyan los agroquímicos que hoy amenazan con contaminar, por ejemplo, el agua de los cenotes de la península de Yucatán, debido a derrames sobre la superficie.
Sus acuerdos con el NIH y la producción en fábricas de Samsung apuntan a la elaboración masiva de vacunas Greenlight para atacar virus como el de esta pandemia y los que vengan. Sus acciones en Nasdaq ya subieron 8 por ciento desde el jueves. Ojo.
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