Llegan a su casa, abren la puerta y cuando van a dar el primer paso, descubren en el piso el recibo de ‘la luz’ por la que habitualmente pagan, digamos, mil pesos. Lo levantan para leerlo y notan que esta vez el total alcanza el doble, en el mejor de los casos.
La escena es real, no en México afortunadamente, sino en varias ciudades de Europa en donde sus habitantes se aproximan a un invierno bien raro. Será muy caro calentar la casa durante el fin de año.
Atención con las oportunidades que podrían abrirse para traer turistas al cálido México por esta razón en un par de meses, en una suerte de asilo temporal conveniente para ambas partes, resultado entre otras cosas, de la polémica invasión de los rusos a Ucrania.
Para fortuna de todos, el trabajo remoto lo hace cada vez más factible.
Pregunten a sus amigos de Londres, Berlín, Madrid, París o Barcelona. Todo está carísimo.
En España el precio actual de un kilowatt hora es del equivalente a unos 12 pesos, unas 10 veces más alto que la tarifa convencional en México.
Eso cuesta hoy prender una plancha o un calentador eléctrico durante una hora.
Hagan cuentas, una noche cómoda costará unos 120 pesos por habitación. Sin contar la TV, el refrigerador, la computadora…
Como la energía se encareció, los precios de todo lo demás en Europa se dispararon, en buena medida por su dependencia del gas natural proveniente de Rusia que hoy batallan para adquirir y consecuentemente se encareció. La circunstancia golpeó todo: la comida, los taxis.
México también es dependiente de extranjeros. El gas natural estadounidense alimenta la mitad de la electricidad que requiere este país.
Pero su abundancia de este lado del mundo provoca que sea relativamente más barato.
En la frontera alemana, en donde suelen recibirlo proveniente de Rusia, hoy cuesta 33 dólares por millón de BTU. En una zona cercana al río Bravo, entre Estados Unidos y México, esos costos se reducen a un tercio. El precio del Henry Hub ayer se ubicó en 9.79 dólares.
Ante la reticencia de la gente a optar por la energía nuclear, los países se recargaron en este hidrocarburo que ahora rige los precios de la electricidad en la mayoría de los países. Así será, en tanto las fuentes renovables no compensen las fósiles.
Eso va a dar a los precios de la vivienda que históricamente ha resultado más barata en México frente a la circunstancia europea.
La renta de un estudio o departamento para una persona en la colonia Condesa empieza en 15 mil pesos mensuales en Airbnb, para todo diciembre, tarifa impensable incluso para departamentos sin muebles en Londres, en donde el más barato ronda el equivalente a 70 mil pesos por mes.
La inflación en Europa ha motivado pronósticos de desaceleración económica y de una potencial recesión en esa región.
La mayor evidencia está en la devaluación de la libra, el euro y hasta los francos suizos, cuyo tipo de cambio frente al peso cayó 15, 16 y por ciento, respectivamente, lo que debilita su poder de compra internacional. No, definitivamente, al grado de eliminar la diferencia de precios de todo entre sus naciones y ésta que ofrece esa combinación de estofado y ensalada llamado pozole, por 114 pesos, con todo y refresco.
Hay factores que actúan en contra de México en la atracción de turismo, seguramente. Una de ellas es la inseguridad, pero evidentemente la inflación puede motivar un incremento en las visitas de individuos provenientes de naciones con mayor poder adquisitivo.
Es algo que puede revisarse entre expertos del sector, pues la oportunidad brinda opciones para dar a conocer nuevos destinos a quienes buscan un paseo que sirva de escape temporal en lo que pasa la tormentosa inflación europea.