¿A quién se le ocurre? Son carísimos y no hay “electrolineras”. ¿Por qué comprarían un coche eléctrico?
Pero ayer surgió otra marca en México, que se suma a la oferta ya conocida. Esta vez la apuesta viene de un emprendedor de origen chino que estableció una empresa de paneles solares hace unos 10 años, con una primera planta de producción en Tepeji del Río, Hidalgo. Sus precios empiezan en 300 mil pesos y por unos 30 mil pesos más, ofrece las celdas fotovoltaicas que evitarán el gasto en electricidad.
Parece un buen negocio el que ofrece la mexicana Solarever, de Simon Zhao, con su coche subcompacto E-WAN. Se diferencia de su competencia por conectar toda la cadena: los paneles, las baterías y el coche. ¿Tendrá éxito?
Enfrenta la competencia de una marca china como JAC, que puso a la venta el E10X, que también es chiquitito y comienza en unos 450 mil pesos, y el mexicano Zacua MX2, que ronda los 600 mil.
Aquí, una anotación. Como anticipé en esta columna hace muchos meses, los eléctricos ya tienen precios similares a los de autos compactos a gasolina.
Eso es un punto en favor del “Product Market Fit” o PMF de estos vehículos, un término técnico, pero que conviene abordar. No importa si venden coches, ropa o pasta de dientes.
La guerra, la pandemia, el cambio climático, la inseguridad… y lo que suceda en estos días, cambia el panorama cada mes, pero las necesidades de la gente no se mueven tan rápido. Todos igual necesitan ir de un lado a otro.
Una pregunta que aplica hoy para un vendedor es: ¿qué producto puedo colocar justo ahora, como están las cosas, hoy?
Por ahí va la idea de saber qué encaja en este momento en el gusto del cliente. “Cuando lanzas un nuevo producto al mercado generalmente es para satisfacer una necesidad o resolver un problema, pero… ¿le importa a la gente?”, cuestiona la institución educativa catalana IEBS, en torno al PMF.
Podrán decir ustedes que comprar coches eléctricos en el contexto de la urgente necesidad de parar las emisiones de carbono es una decisión que no debe pensarse mucho.
Pero ese requerimiento pasa a segundo término cuando hay que elegir entre eso y llegar con comida a la quincena para todos en casa.
¿Tiene sentido pensar hoy en vender o comprar uno de esos coches eléctricos? Esa pregunta puede resolverla un “product manager” enfocado en “product market fit”, como Fabiola Bórquez, quien escribió recientemente al respecto. https://bit.ly/3SSNpOw
Quien ponga un producto en el mercado, el que sea, debe resolver una necesidad y dejar en sus clientes la sensación de que reciben más de lo que están pagando.
“El PMF es un punto en el que las personas o consumidores objetivo compran, usan y recomiendan constantemente a otras personas el producto, de modo que hay un aumento constante en el valor de mercado y el crecimiento del producto”, dice Bórquez en su texto.
Aquí viene algo importante. La gente que tenga capacidad de comprar, no necesariamente “quiere comprarse un coche” en estos días. Los millennials y centennials no siempre se vuelven locos con los coches que sí emocionan a sus papás.
Quizás ellos pretenden tener a su disposición un vehículo que les mueva de manera independiente, de acuerdo con un reciente reporte de la consultora McKinsey. Para ese propósito, lo que está creciendo mundialmente es la venta de bicicletas y “scooters”.
Pero también habrá quien quiera que ese vehículo le proteja del clima y la inseguridad callejera, lo que puede recibir mediante Uber. Adicionalmente, tal vez pretenda hacerlo pagando menos dinero, ahí, el coche tiene una oportunidad.
Finalmente, esa persona probablemente quiera ayudar al medio ambiente y de paso… si puede, evitar el gasto por gasolina y electricidad.
Si hay una inversión que le permita cumplir con todo eso, quizás está a un paso de comprar un producto. La nueva oferta de coches eléctricos parece cumplir con lo anterior y el problema de la ausencia de electrolineras es eliminado con cargas en casa.
Recuerden que la ausencia de gasolineras no paró la proliferación de los Ford T y nadie tenía una refinería en casa.
La tonta idea de comprar un coche eléctrico se sacude de adjetivos. Esta nueva era ya llegó… inclusive a México.