Uno pasa frecuentemente por ahí. Compras en esas tiendas, y por mera curiosidad resulta interesante saber: ¿Cuánto vende un Oxxo?
La cifra exacta es pública: son 924 mil pesos mensuales los que entraron en promedio a cada uno de esos establecimientos durante los tres meses pasados. Poco más de 30 mil pesos diarios.
Ojo, que hay unos mejores que otros. No se llena igual el Oxxo de la Basílica que los de Tequisquiapan.
De esos 30 mil pesos, aproximadamente 4 mil 300 pesos son ganancias, por las que aún debe pagar impuestos, entre otras amortizaciones. En promedio, sus clientes pagan poco más de 50 pesos cada vez que van a la tienda, así que siguiendo con las matemáticas, unos siete pesos de ese dinero representan ganancia para la corporación antes de repartir dinero en pagos al mercado financiero o al SAT.
¿Por qué vale la pena tanto detalle? Porque es imprescindible deshebrar uno de los negocios que más aceleran en este país. Vaya, el Oxxo ya no es una cadena de tiendas, tampoco un banco, ni un negocio de tecnología financiera o fintech. Es todo lo anterior, combinado.
En FEMSA hace tiempo que dejaron de llamar “FEMSA Comercio” a esta entidad y ahora la refieren como su negocio de “Proximidad” y está dirigido por Carlos Arenas Cadena, un licenciado en Ciencias de la Computación, graduado por la UANL.
A esa cercanía de sus establecimientos van a sacarle todo el provecho que puedan.
Como empresa, Oxxo ya vende más que Soriana, casi un 50 por ciento más. Pero va de nuevo, ya no se trata de una cadena de tiendas.
Amén de lo que ya hacía con su tarjeta de débito Spin, esta empresa obtuvo recientemente un permiso para operar como (el nombre es lo de menos) “Institución de Fondos de Pago Electrónico (IFPE)”, que le entregó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Para fines prácticos, va por el mercado de remesas. Ojo que eso trae a la mente a los paisanos, obviamente, pero recuerden cómo se llena la Condesa de bienvenidos inmigrantes estadounidenses que están brincando la frontera hacia el sur huyendo de los altos costos de vivienda al norte del continente.
No solo a la colonia Condesa, sino la Roma, la Cuauhtémoc, Polanco, San Pedro Garza García, Guadalajara, San Miguel de Allende, Mérida…
De acuerdo con una nota publicada por El Financiero la semana pasada, México ha otorgado 8 mil 412 permisos de estancia legal a estadounidenses hasta septiembre, en comparación con los 4 mil 550 en los primeros tres trimestres de 2019, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración.
Eso puede marcar una tendencia, y las remesas pueden viajar en ambos sentidos de las riberas del río Bravo. ¿Qué dice la gente del Oxxo al respecto?
“Ahora podemos tener cuentas en dólares para personas físicas en México. Entonces podemos entrar en las remesas de este mercado”, adelantó Eugenio Garza, director de finanzas de Grupo FEMSA.
Lo dijo a propósito de ese permiso para operar como IFPE que oficializa su entrada al mundo fintech, una actividad en la que atacarán también por otra vía: la de atención financiera a negocios y su relación con clientes. Eso abre posibilidades más allá de lo que cabe en un anaquel.
“Comenzarán a vernos más agresivos en el espacio B2B y cerraremos el círculo entre el consumidor y el comerciante”.
Mucho de la nueva estrategia del Grupo FEMSA se recarga en FEMSA Digital, la empresa subsidiaria dirigida por el heredero de una dinastía, Jose Antonio Fernández Garza-Lagüera, un joven ingeniero industrial por el ITESM, responsable de encontrar disrupción en el mercado o comprar pequeñas empresas y startups que la generen.
Está perfilado para ser un líder relevante de la compañía fundada por su abuelo.
¿Algo más para el Oxxo? Viene el Mundial y con ello, un torrente de cervezas y refrescos saliendo por sus puertas.
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