No parece sexy el negocio de este hombre de 24 años, nada sexy para quienes creen que todavía estamos en la era de las apps para hacerse rico.
¿A quién le importa el sex appeal cuando la empresa vale unos mil 100 millones de dólares?
Fueron los rudos quienes ganaron grandes negocios durante el siglo pasado. ¿Quién se iba a meter a cargar fierros para hacer corcholatas? Pero así nació Hojalata y Lámina o Hylsa, la semilla de la dinastía Garza Sada.
No era atractivo entonces, no lo es ahora. Tampoco hoy suena sexy trabajar en ‘logística’. Quién sabe qué diablos es eso.
Justamente a eso, a mover cosas de aquí para allá se dedica el regiomontano Alfonso de los Ríos, fundador de una empresa llamada Nowports cuya propuesta es la de informar en tiempo real en dónde está la carga de cada quién, además de acercar financiamiento para que quien necesite importar dos contenedores en lugar de uno, no se detenga por falta de capital.
No es nuevo el nombre de esta compañía en los medios. Salió a la luz cuando se reveló como el primer “unicornio” de Monterrey, fundado por el nuevoleonés junto con el uruguayo Maximiliano Casal.
Sucede que hoy su relevancia es mayor respecto a la de hace cuatro años, cuando fue fundada. En esos días el mundo seguía volcado por encontrar productos que sedujeran a ustedes, los consumidores finales. En eso que llamamos “B2C”, en inglés: business to consumers.
Hoy, especialmente en Norteamérica, parece haber una gran oportunidad para quien encuentre vetas en negocios para vender en esquemas “B2B”. De negocios para negocios. Eso no es Instagram, no es Uber o Rappi, eso no es sexy, pero puede ser muy rentable.
Justamente a eso apuesta Nowports, de acuerdo con una entrevista publicada el mes pasado por el reportero Raúl Parra, en el medio DPL News.
Está en el momento preciso en el que confluyen dos corrientes enormes: 5G y nearshoring.
La gente de Telcel ha avisado que este año, solo en México, 100 ciudades contarán ya con alguna zona conectada a la nueva red que permite enviar información permanentemente desde cualquier dispositivo, léase en este caso: un camión en movimiento, una caja o un contenedor.
Y el nearshoring es eso que ya existía, pero que ahora cobró fuerza a raíz de que Estados Unidos y China agriaron sus relaciones comerciales. Es poner cerca (near) de la costa (shore) la producción, es decir, poner fábricas en Estados Unidos, Canadá o en México, en vez de instalarlas en el sureste asiático.
¿Conocen a algún corredor de bienes raíces? A la gente especializada en inmuebles industriales le faltan horas para atender a tantos clientes en estos días.
Esto dice CBRE, una de las más grandes en esa actividad, respecto a lo que ocurre en México: “Después del máximo histórico en la demanda bruta y la alta demanda por espacios Build to Suit y en prearrendamiento en 2021, se espera un cierre en 2022 con un crecimiento de casi 14 por ciento”.
La empresa basada en Dallas, Texas, advierte que la participación del nearshoring sobre la demanda industrial total pasó de un 14 por ciento en 2021 al 26 por ciento en el tercer trimestre de 2022. Monterrey y Saltillo concentran 61 por ciento de los nuevos pedidos.
Alfonso de los Ríos, de Nowports, está montado en esa ola. Parece pertenecer a una nueva generación de regiomontanos con mente más abierta a propuestas externas. Su oficina más grande está en la Ciudad de México; va por el mercado de Brasil y el de Europa y ya piensa en una oferta de acciones (OPI) en el mercado.
Pero lo más importante es que su foco está en la atención de empresas, un mercado desatendido por muchos emprendedores digitales que insisten en vender de puerta en puerta.
Eso, su apertura, su visión global y sus conocimientos como desarrollador obligan a seguirle la pista. En Estados Unidos, la ‘Paypal Mafia’ cambió Estados Unidos. ¿Una ‘Nowports Mafia’ puede cambiar Monterrey, para bien?
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