Los estadounidenses no saben tomarlo. En cada película aparecen haciendo gestos al empujarse un “caballito” de tequila barato hasta vaciarlo como si se tratara de medicina, en lugar de disfrutar el menjurje. No saben tomarlo… ¿o no sabían?
Una empresa que no es mexicana aprendió a vender buen tequila y no lo entendió mediante cursos de venta, sino con una computadora, una poderosa. Hoy, esos dispositivos pueden saber exactamente qué le gusta a cada persona aunque el individuo en cuestión no lo tenga claro.
Si visitan la cuenta internacional de Instagram de Don Julio, notarán que en las imágenes no aparecen “caballitos”. En una de las fotos sirven la versión 1942 de esa marca en delicadas copas tipo flauta, como las del champán. En otra, tequila en las rocas en un vaso old fashion, con la espiral de un trozo de cáscara de naranja como adorno.
¿Cómo saben que esas fotos ayudan a vender? Porque en la londinense Diageo, utilizan inteligencia artificial para saber qué imagen puede tener más éxito, antes de publicarla.
Las máquinas no tienen sentimientos y buscan detalles una vez que el equipo creativo ha entregado el borrador de su trabajo: ¿La imagen puede disfrutarse incluso sin sonido? ¿La marca es reconocible en dos segundos? ¿Todo puede verse bien en smartphones o solamente en computadora de escritorio?
Mediante un software llamado CreativeX, responden un montón de preguntas y en función de éstas determinan con un porcentaje el posible éxito del mensaje. Si es alto, publican el material, si no, lo desechan.
No es la única herramienta de inteligencia artificial que usa la compañía.
El año pasado adquirió una empresa llamada Vivanda, dedicada a —con la ayuda de los smartphones— saber de antemano los olores que disfruta cada quien: jengibre, naranja, romero…
Paralelamente, la empresa ha lanzado en México rarezas como Baileys Churros, en colaboración con la Churrería El Moro; en Monterrey ahora vende Johnnie Walker Blonde, creado para mezclarse.
Ojo. Hasta ahora hay etiquetas color azul, negro, rojo, dorado o verde, pero se viene una era en la que a cada quien le empacarán su botella de whisky a su gusto y color en la tienda.
“En Estados Unidos triplicamos nuestro retorno de la inversión (que hicimos en) Don Julio al optimizar nuestra combinación de publicaciones. Recientemente lanzamos esto en Gran Bretaña e Irlanda con más presentaciones planeadas este año. CreativeX, nuestra herramienta más reciente, nos permite evaluar la efectividad de nuestro contenido antes de la implementación, en función de los algoritmos únicos de cada plataforma digital para garantizar que podamos brindar el servicio perfecto de contenido publicitario a los consumidores”.
¿Quién dijo eso? Ivan Menezes, director general de la empresa.
“Esto impulsa una mayor eficiencia y garantiza que nuestro contenido esté perfectamente optimizado para generar una vinculación. Ahora se implementa en mercados que cubren el 75 por ciento de nuestras ventas netas. En Gran Bretaña, CreativeX nos ayudó a reducir el costo por cada mil vistas de contenido digital en un 50 por ciento”, añadió el directivo ante inversionistas, apenas la semana pasada.
En enero, esa compañía reportó un incremento anual de 22 por ciento en sus ingresos, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.
Los de Brown Forman —competencia de Diageo y dueños de marcas como Herradura y Jack Daniel’s— no están cruzados de brazos. Al menos desde 2019 invierten en estrategia digital.
Pronto lanzarán la combinación de esa marca de whiskey (así lo escriben ellos) con Coca Cola, y esta última prepara, cuidado, algo para combinar un producto de la cerveza Coors, con agua mineral Topo Chico.
El mundo que facilita decisiones de negocio tiende a complicar el orden en los anaqueles de las tiendas.