La gente suele decir que las cervezas mexicanas ya están en manos de extranjeros. Pronto podrá decirlo con razón.
La verdad, hasta ahora hay otra manera de verlo: los mexicanos son dueños de casi 15 por ciento del negocio global de la cerveza Heineken que incluye varias marcas nacionales.
No todos los mexicanos, claro, sino los herederos de Eugenio Garza Sada y su hijo Eugenio Garza Lagüera.
De esa relevancia en el negocio se habla poco. Quizás, por nuestro complejo de Cantinflas o de Pepe el Toro. La pobreza y la tristeza es lo nuestro.
Esa actividad global incluye las marcas Tecate, Indio, Sol, XX, Bohemia y la lista que se saben de memoria los meseros que ofrecen esas marcas de FEMSA, cuando las rezan a la hora de abrir boca. ¿Cuál le traigo, joven?
FEMSA anunció ayer que, ahora sí, va a salir del negocio de la cerveza. No como en 2010 que como estampitas, cambió sus acciones en cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, por una parte de las de la holandesa.
La firma regiomontana incluso mandó entonces al frente de batalla a Jorge Luis Ramos Santos –entonces director general de la cervecera mexicana– para convertirlo en presidente adjunto de Heineken en América.
Ahora sí es un adiós: “En un plazo que se estima concluya entre 24 a 36 meses, FEMSA: Colocará en el mercado sus acciones de HEINEKEN, que actualmente equivalen al 14.8 por ciento del capital social de esa empresa”.
Dicho de otra manera, venderán su participación en esa compañía a quien quiera comprar sus acciones estimadas ayer, a valor de mercado, en unos 8 mil 100 millones de dólares.
No es cualquier cosa. Es el adiós a una historia centenaria de una empresa que catapultó Eugenio Garza Sada a partir de su llegada a la entonces Cervecería Cuauhtémoc, en 1917.
“No obstante que las marcas que elaboraba la Cervecería Cuauhtémoc eran consideradas de muy buena calidad eran, por su precio, imposibles de adquirir para la gran mayoría de la población mexicana”, detalla Gabriela Recio Cavazos en su libro biográfico del empresario.
Hablamos de marcas como Carta Blanca, a las que hoy tiene acceso prácticamente cualquier adulto mexicano.
“La vida de don Eugenio está íntimamente ligada con la historia de la cerveza en México a lo largo del Siglo XX”, sostiene la autora de ese texto publicado en 2016.
Pero ahora Grupo FEMSA, presidido por José Antonio Fernández Carbajal, toma un camino de definición de futuro y abre paso a la nueva generación en la que cobra cada vez más relevancia en el negocio su hijo y bisnieto de don Eugenio Garza Sada, José Antonio Fernández Garza.
Este último está a cargo de FEMSA Digital, que incluye el negocio de tecnología financiera (fintech) bajo la marca Spin by OXXO y OXXO Premia, además de otras iniciativas de pagos y servicios financieros digitales en México.
De cada 10 pesos que hay en una caja del OXXO, ya solo tres corresponden a la venta de abarrotes o productos. El resto tiene que ver con el cobro de servicios. ¿En dónde cargan saldo para el celular? ¿Han enviado dinero desde esa tienda?
FEMSA se quedará con ese puntal digital, más justamente el negocio de Proximidad representado por su cadena de 21 mil establecimientos OXXO y la recientemente adquirida Valora, de actividad similar en Europa.
También conservará la venta de Coca Cola y las bebidas asociadas con esa compañía en 10 países latinoamericanos, México incluido.
Muy interesante será ver lo que hace con otros negocios como las Farmacias Yza, contempladas en su negocio de Salud, amén de actividades de logística, por la vía de la marca Solística.
“(FEMSA) Buscará alternativas estratégicas para los otros negocios en los que actualmente participa”, comunicó la compañía al explicar su paulatina salida programada del negocio cervecero.
Merece atención especial el caso de este legado de Garza Sada, no solo por sus vínculos con la historia nacional, sino porque su valor de unos 27 mil millones de dólares ubica a este grupo como la segunda empresa pública más valiosa de México, después de América Móvil.