Hasta ayer, el Tesla más barato que podían comprar en México costaba un millón 9 mil 900 pesos. Eso equivale a 56 mil dólares.
Ayer también, el Tesla más barato que podían comprar en Estados Unidos lo ofrecían en 39 mil 900 dólares, equivalentes a 720 mil pesos.
Los coches que fabrica la hueste de Elon Musk cuestan 28 por ciento más baratos del otro lado de la frontera, un margen que se agranda a raíz de una serie de rebajas que hizo allá el equipo del polémico magnate.
Al precio de aquel país deben reducir 3 mil 500 dólares que entrega el gobierno estadounidense a los compradores como premio por comprar coches eléctricos. Así que ya con todo, el precio más bajo de un Tesla Model 3 en Texas ronda 36 mil 400 dólares, o bien, unos 657 mil pesos.
Eso significa una diferencia de 35 por ciento en favor de los vecinos… o de los paisanos que pueden comprarlo de aquel lado.
¿Solo ellos aplican tal diferencia?
No parece. En Cuautitlán, Ford fabrica los Mustang Mach E, que en su sitio web nacional ofrece a “precios desde”... 2 millones 92 mil pesos, aproximadamente 116 mil dólares.
Allende el río Bravo, el “precio de venta sugerido por el fabricante” inicia en 45 mil 995 dólares, dice el sitio oficial de la compañía.
Tal disparidad es constante en la industria automotriz. El precio del Mustang a gasolina refleja diferencias semejantes.
Quienes venden coches en México aseguran que los precios efectivos al consumidor de marcas tradicionales son más bajos aquí. Me explican que más de 80 por ciento de las operaciones en Estados Unidos se concretaban –al menos hasta hace unas semanas– por arriba del precio sugerido por el fabricante debido a la escasez de inventarios.
En los Tesla sí parece haber una diferencia radical y en esa influye mucho el apoyo contenido en la Ley de Reducción a la Inflación aprobada por el Congreso y firmada por el presidente Joe Biden. Incluye esos apoyos que van de 3 mil 500 a 7 mil dólares por coche.
Evidentemente, Musk busca servirse tanto como sea posible de este beneficio temporal para agrandar su participación de mercado, ante la expectativa del arribo de mayor competencia, aunque eso cueste una baja de 2 por ciento en el precio de sus acciones, como ayer.
¿Cambiará algo con los Tesla hechos en Monterrey?
Es factible. No necesariamente porque sean producidos en México –como queda claro en Cuautitlán– sino por las razones detrás de la decisión de traer la fabricación.
Sucede que hacer coches eléctricos no es difícil. Hacerlos en masa con costos que sean más bajos que los ingresos es el reto, de acuerdo con Musk.
Ahora hay una complejidad adicional: hacerlos rentables cuando varias marcas chinas preparan su arribo al mercado. El E-Wan, traído de ese país asiático por Solarever, se exhibe en centros comerciales a un precio que comienza en 300 mil pesos. Durante el invierno, Galerías Monterrey lo puso en el centro de la plaza a merced de curiosos o chismosos. Eso incluye al que escribe.
Tesla prepara su versión económica que eventualmente podría rondar en México un precio de unos 500 mil pesos y para eso necesita reducir sus costos. El año pasado, los empleados de Tesla –que ya incluían a los de China– tuvieron ingresos anuales por 34 mil dólares en promedio, o el equivalente a 52 mil pesos mensuales. Dos años antes todavía ganaban 46 mil dólares anuales, de acuerdo con sus reportes oficiales.
Elon Musk reduce rápidamente sus costos y en eso Monterrey juega un papel importante. Dicho por él, lo único que detiene a la gente de comprar sus productos es el precio. O explicado de otro modo: todo el mundo tiene un… Tesla, al menos en la cabeza*. (https://bit.ly/3Ad3g2z)*.