Parteaguas

Si existe la bola de cristal, la tiene él

Si existen posibilidades de que funcione la fusión nuclear, los datos más certeros puede tenerlos Satya Nadella, líder de Microsoft.

¿Comprar dólares hoy antes de que suban de precio? Podrían resolverlo si tuvieran una bola de cristal. Ayer el tipo de cambio estuvo por debajo de 17.50 pesos.

Eso es para la gente común, pero hay gente no común, como la que cambia el mundo. Satya Nadella representa un ejemplo, pues puso en la mente de ustedes las palabras “inteligencia artificial”, de las que ya algunos hablaban, pero hoy no puede pasar una semana sin que la lean o la escuchen.

Ahora él y su equipo acaban de subirse a una tendencia, casi tan sigilosamente como cuando se subieron justamente al asunto de IA. La semana pasada, Microsoft –empresa dirigida por Nadella– hizo un acuerdo de compra de energía eléctrica proveniente de la fusión nuclear.

Recuerden la escena de la vieja película de Spiderman en la que el tímido Dr. Otto Octavius se convierte en el villano de brazos metálicos llamado Dr. Octopus. Ocurre cuando él muestra su exitoso experimento de fusión nuclear. Algo que los humanos buscan desde hace años.

El experimento falla mientras él sostiene “el Sol en la palma de mi mano”. La fusión nuclear pretende imitar el Sol y si la gente consigue eso, ya no necesitaría combustibles fósiles como la gasolina. No confundir con la fisión, que es la antigua tecnología usada por plantas como Laguna Verde, de CFE, en Veracruz.

¿Qué fue lo que acordó Microsoft?

Microsoft firmó un acuerdo de compra futura de electricidad con la empresa emergente de fusión Helion Energy. Es el primer acuerdo del gigante tecnológico con una empresa de fusión nuclear, reportó Bloomberg.

Helion tiene planes de poner en funcionamiento su primera planta de fusión para 2028, con el objetivo de generar al menos 50 megawatts de energía. Eso sería suficiente, digamos, para alimentar unos 25 centros comerciales o malls.

Microsoft comprará parte de esa energía, que francamente no representa más que una gota dentro de su botella de necesidades. Significa menos de 1 por ciento de la cartera total de acuerdos de compra de energía de Microsoft para energía libre de carbono, que actualmente es de 13.5 gigawatts.

¿Si es tan chiquita, por qué es relevante?

Vuelvan a 2019, cuando Microsoft hizo una inversión de la que casi nadie se enteró. Invirtió mil millones de dólares en OpenAI, un laboratorio independiente de investigación de inteligencia artificial. Es una cifra alta, pero para esa empresa, apenas fue 7 por ciento de sus inversiones de ese año. Apenas 0.7 por ciento de sus ingresos.

¿A qué apostó? A mejorar el desarrollo del modelo de lenguaje ChatGPT, conocido en esos días solamente entre grupos especializados, nerds de programación de código para computadoras.

Microsoft pretendía tener acceso a sistemas que mejoren la comprensión artificial del idioma, la precisión de la traducción y habilidades conversacionales.

Cuatro años después, Microsoft domina la conversación en torno al uso de este tipo de inteligencia, ya lo integra a sus sistemas, invertirá 10 mil millones de dólares más, y probablemente ya usa la herramienta para tomar decisiones. Ajá, probablemente.

Eso debe ser útil, pues Open AI aprovecha la información que subimos todos a internet. Es el mayor volumen de conocimiento reunido por nuestra especie, analizado por las computadoras más poderosas que existen. ¿Recuerdan a Jarvis, de Ironman?

Si existen posibilidades de que funcione la fusión nuclear, los datos más certeros para tal predicción puede tenerlos Nadella, de Microsoft, el hombre que tiene acceso a la mejor ‘bola de cristal’ jamás inventada.

El éxito de esos experimentos cambiaría todo el orden en el planeta. Como la inteligencia artificial lo hace hoy con la vida laboral. Revisaremos el resultado en unos cinco años.

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