Parteaguas

Los yucatecos tiran la basura… en Alemania

La yucateca Ciclo Corporativo, en colaboración con Spontem y la alemana Alengo, construirán una planta en Mérida que transformará más de 500 mil toneladas de residuos sólidos.

¿Qué va a pasar con sus zapatos cuando ya no los quieran? ¿Toda su suela de plástico acabará en el mar o arrumbada junto a millones en el ‘basurero’?

Es muy relevante responder, si a la empresa que les vendió ese par no le interesa el asunto, es posible que pronto salga del mercado.

Para algunos hay soluciones en camino. Si viven en Yucatán, sus tenis se convertirán próximamente en una “pelota” que terminará en un barco rumbo a Alemania, en donde ya la esperan. Sus tenis, sus botellas de pet, sus sobras… todo lo que acaba en el bote.

La noticia fue revelada en enero. La yucateca Ciclo Corporativo, de José Antonio Loret de Mola, en colaboración con Spontem y la alemana Alengo, anunciaron la construcción de la planta Pellets CDR en Mérida.

Transformarán más de 500 mil toneladas de residuos sólidos generados anualmente en la zona metropolitana de esa ciudad, en medio millón de toneladas de pellets vitrificados, un combustible derivado de residuos (CDR) utilizado en Europa para meterlo en plantas de generación de energía eléctrica en sustitución, digamos, del carbón. El proyecto es financiado por el gobierno alemán.

Los socios preparan en estos días la ceremonia de la primera piedra. Quieren que el complejo empiece a operar en el primer trimestre de 2024.

Conseguirlo es imperativo para una ciudad que crece aceleradamente. Apenas unos 12 metros de piedra y tierra separan la basura en la superficie, del manto freático que ustedes conocen cuando se lanzan a un cenote. Si la basura o sus ‘jugos’ llegan al agua, uno puede imaginar el resultado.

El proyecto avanza en el camino trazado para México en materia de economía circular en el que esta semana sacó buenas notas, adicionales a un ascenso en materia de sustentabilidad.

No es cosa menor, los resultados surgen pese a que el gobierno, si bien sube trabas al plástico de un solo uso, también las impone a proyectos de generación de energía con el viento y el sol, mientras apoya el consumo de la gasolina mediante subsidios a su precio.

¿A qué aspira la gente con la economía circular?

Se trata de no desperdiciar. Es un modelo económico destinado a minimizar el agotamiento de los recursos mediante la promoción del uso continuo, el reciclaje y la reutilización de materiales.

La idea es crear un sistema de circuito cerrado con el cual los recursos extraídos –como el petróleo necesario para el plástico– se mantengan en circulación, reduciendo el impacto ambiental.

México avanza, pese a todo

No hablemos de futbol, pero los mexicanos se mantienen por arriba de argentinos y brasileños en lo importante, con todo y que estos últimos avanzaron rápido hacia la sustentabilidad tras el cambio de gobierno con el que Luiz Inacio Lula da Silva sustituyó en la Presidencia al aún más polémico Jair Bolsonaro.

BloombergNEF (BNEF) –consultora neoyorquina en materia de economía baja en carbono– puso los datos que revelan el resultado del esfuerzo de empresas privadas y de dueños de hogares que voltean hacia la energía limpia.

México aumentó dos puntos porcentuales su calificación porcentual para ubicarse en 46 por ciento en la tercera edición del Indicador de Políticas de Carbono Cero del G-20 de BNEF.

El ranking es encabezado por Alemania, Francia e Italia. Pero, ojo. México junto con Sudáfrica, aumentó en 8 puntos porcentuales su puntaje en economía circular, siendo el mayor incremento entre los países listados.

“México e India están aplicando prohibiciones de plásticos de un solo uso y objetivos de reciclaje en respuesta a la creciente presión pública para gestionar los desechos. Pero pierden puntos por tratar solo una pequeña parte de los residuos sólidos municipales”.

Al menos los que saben de cochinita se apuran a aprender cómo deshacerse debidamente de sus tenis.

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