Ola ke ase? Eskribiendo mal o ke ase? El uso del español cambió desde hace un rato.
En algunos mensajes no hay problema serio en decir que vamos “haber” si sale el negocio. Digamos, en un chat entre amigos.
Pero escribir esa palabra en un mail puede romper una relación que iba por buen camino. Vamos a ver cómo se resolvió el problema: nuestro smartphone ya va a corregir todos nuestros textos. Vaya, va a escribir los textos que le pidamos. Desde ya.
Sucede que una sola herramienta se esparce más rápido que TikTok. Se llama ChatGPT y desde hace días pueden descargarla en su iPhone… si viven en Estados Unidos. En México la euforia comenzó esta semana.
La aplicación ya superó 500 mil descargas en los primeros seis días desde su lanzamiento, advirtió ayer el sitio especializado en tecnología Techcrunch, basado en un nuevo análisis realizado por el proveedor de inteligencia de aplicaciones data.ai.
“ChatGPT de OpenAI ha tenido un comienzo estelar”, destacó Techcrunch.
El medio millón de descargas lo ubica como uno de los lanzamientos de aplicaciones de mayor éxito tanto este año como el anterior, superado solo por la llegada en febrero de 2022 del clon de Twitter respaldado por Donald Trump, Truth Social.
¿Nos llegó la hora, o la inteligencia artificial va a ayudarnos?
El debate persiste. Es lógico, ya desapareció la operadora que tomaba las llamadas de los taxis “de sitio” y cada vez es menos necesario ir a la sucursal a hacer un trámite. ¿Se acuerdan de cuando la gente hacía fila para hacer una “transferencia”?
La tecnología devora tareas. ¿Pero quién gana? Ahí está lo interesante de este asunto. Resulta que quien podría ganar es la gente menos preparada.
Entiendo que resulte un contrasentido. Empezando porque no todos tienen para un iPhone.
Pero es cuestión de tiempo (y en estos días los años se reducen a meses) para que todos los celulares tengan acceso a la app de ChatGPT.
Algunos podrán recordar a los bichos raros de la oficina que usaban una cosa que se llamaba Google para buscar información en algo todavía menos comprensible llamado Internet.
La hipótesis de que la gente menos capacitada es la que más ganará con ChatGPT proviene, entre otras fuentes, de un podcast de la National Public Radio de Estados Unidos.
La lógica está en que esa aplicación les entrega habilidades a quienes por la razón que sea, no cuentan con la preparación necesaria para tener una relación profesional que les permita trascender en la economía.
Ustedes entienden el valor de las relaciones personales en los negocios. Soft Skills les llaman y hay un montón de literatura al respecto.
Piensen en esta solicitud hecha a ChatGPT: Soy líder del equipo de limpieza. Escribe un mail de 300 caracteres que explique el valor de lo que el equipo hace por la oficina. Quiero entregarlo al jefe y emocionarlo. Esto entregó la herramienta:
“Estimado Jefe, Nuestro equipo de limpieza trabaja incansablemente para asegurar un entorno de trabajo seguro y productivo. Nuestra labor, aunque a veces invisible, es fundamental. Un espacio limpio y ordenado facilita la concentración, el bienestar y el rendimiento de todos. Cada rincón limpio es un reflejo de nuestro compromiso y respeto por la oficina y por todos quienes la habitan. Somos el motor silencioso que impulsa la eficiencia. Con cariño, [Tu nombre]”.
Quien manda en esa oficina podrá formarse una opinión del remitente a partir de ese texto. Probablemente será favorable.
Lo mismo puede pasar a quien pida un guion para atender clientes de una zapatería; o a los que piden una estrategia de marketing en redes sociales para vender tacos en la CDMX.
Lo anterior puede tener bajo valor adicional para los que ya son profesionales, pero para quienes no tuvieron la ventaja de una sólida preparación académica, puede significar el inicio de una nueva vinculación en la economía. En términos relativos, podrían ganar más.