Parteaguas

La conferencia de la que nadie habla en México

Son 40 mil asistentes de 140 países y 2 mil startups o emprendedores que van a la conquista de 950 fondos de capital ansiosos de proyectos que aumenten su patrimonio.

De acuerdo, hay mexicanos que sí están hablando del tema, pero son pocos y están allá. La cumbre lleva el nombre de Collision. Empezó el lunes y termina pasado mañana, en Toronto.

En México, solemos llamar “cumbres” a los encuentros de empresarios, generalmente hombres, custodios de fortunas administradas en muchos casos por varias generaciones, que se reúnen con los políticos en turno.

El argumento en favor de la relevancia de tales encuentros radica en el impacto inmediato de lo que los asistentes suelen discutir durante los mismos. Es cierto. Hablan de impuestos, precios de la comida, la energía y posibles inversiones que pueden generar empleo en alguna fábrica, por ejemplo.

Esta semana en Collision se habla de temas tan lejanos como lo que está en la pantalla de su smartphone. Pero lo que ocurre en ese pequeño mundo de apenas 96 centímetros cúbicos nos aleja o nos acerca tan rápido que las decisiones que antes se tomaban en un año, ahora deben revisarse cada mes en los negocios.

¿Alguno de ustedes quiso trabajar en Facebook y tomarse un “break” deslizándose por una resbaladilla hasta una mesa de ping pong? ¿Alguien pagó una campaña publicitaria en esa plataforma? ¿Alguno de ustedes, quizá, compra cosas en Amazon?

La utopía del trabajo perfecto o de la riqueza infinita ya se topó con la realidad: en un año, contado desde mayo de 2022, Amazon despidió a 27 mil empleados; Facebook, ahora llamada oficialmente Meta, 21 mil. Se les pasó la mano con el optimismo.

Vayan a ver la desolación en las otrora vibrantes instalaciones del equipo de Mark Zuckerberg en el edificio del “Dorito”, la Torre Virreyes que está en la esquina de Paseo de la Reforma y el Periférico, frente a la “Fuente de Petróleos”, en la Ciudad de México.

A pesar de todo, hasta ayer esa empresa valía 543 mil millones de dólares; Amazon, un billón 59 mil millones de dólares. No hay empresa mexicana que se le aproxime, siquiera. Ni las de los asistentes a las cumbres nacionales.

Pero nada garantiza a los propietarios de esas compañías estadounidenses su valor a largo plazo. Puede venir una canadiense, una europea o unos chinos con TikTok y derrumbar el castillo. Por eso necesitan interactuar con otros generadores de valor, talentos como los que se reúnen esta semana en Toronto, para juntos generar cosas de mayor valor, como las que ocuparán la pantalla de su smartphone el próximo año.

¿Quiénes están en Toronto?

Son 40 mil asistentes de 140 países y 2 mil startups o emprendedores que van a la conquista de 950 fondos de capital ansiosos de proyectos que aumenten su patrimonio.

Primero los rockstars que gustan de ese encuentro: La mexicana Lupita Nyong’o; Ryan Reynolds; Shaquille O’Neill o Steve Aoki, son gente que llena tribunas, pero suelen asistir a Collision en calidad de inversionistas.

También están Peggy Olson, vicepresidenta de Desarrollo de Negocios de Microsoft, Kate Brandt, de Google o el mismo director de Collision, Paddy Cosgrave.

El enfoque de este año parece ser uno solo: Inteligencia Artificial (IA). Vean los temas preparados para conferencias del día: Cómo la IA está cambiando el mundo, por Colin Murdoch (Google Deepmind); Construyendo un unicornio IA, por Abhinai Srivastava (la desarrolladora de tiendas automatizadas Mashgin); Navegando el escenario ético de la IA generativa y el periodismo, por Gideon Lichfield (Wired), Harry McCraken (Fast Co.), Traci Mabrey (Factiva/ Dow Jones) y Michelle Manafy (Digital Content Next).

Son siete conferencias matutinas y solo una no aborda directamente el tema de IA.

Asisten todos para intercambiar conocimientos, la consigna es crecer o morir.

Las empresas tecnológicas, que son ahora las más ricas del mundo, ya tuvieron un aviso: más de 357 mil despidos en un año en firmas como Disney, Yahoo, Snapchat, Alphabet o Google, Spotify, Netflix, Dell… y las mencionadas más arriba.

Un 13 por ciento de su plantilla, en promedio. Y eso fue después de la pandemia que cambió el escenario para todos un poco antes de que la IA pusiera su parte.

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