Parteaguas

A EU le están cambiando las pilas

Un proyecto encabezado por la empresa Vistra Energy añadió 350 megawatts a sus instalaciones preexistentes de California, en donde ya tenía 400 megawatts en puras ‘pilas’.

¿Cuánta energía necesita la Ciudad de México? Si se tratara de un juguete gigante basta con ponerle baterías con una capacidad de 9 mil 600 megawatts. Eso es más o menos, la energía que requieren 4 mil centros comerciales como a los que van al cine.

Esos 9 mil 600 megawatts son el mismo volumen de disponibilidad energética que están instalando este año en Estados Unidos, solamente de baterías y solo en 2023.

Un proyecto encabezado por la empresa llamada Vistra Energy añadió 350 megawatts de esa tecnología a sus instalaciones preexistentes de California en donde ya tenía 400 megawatts en puras “pilas”.

Esa empresa está facturando unos 35 millones de dólares diarios, de acuerdo con su reporte al segundo trimestre de este año. El margen de sus ganancias netas inyecta a las cuentas de sus accionistas 15 centavos por cada dólar.

Para los escépticos: Podemos seguir discutiendo, pero la realidad de los vecinos muestra que el almacenamiento de energía para países ya opera y es negocio. Si la energía almacenada es producida con el viento o la luz solar, el escenario es revolucionario.

Las baterías dan estabilidad a los sistemas eléctricos afectados por el hecho de que en la noche o en días de lluvia no hay energía fotovoltaica.

Lo mismo, para el viento. Piensen en un aerogenerador, esos enormes “ventiladores” que se ven cada vez más frecuentemente en las montañas y algunas costas mexicanas. Hasta ahora, los más comunes ofrecen individualmente una capacidad de dos megawatts, suficientes justamente para un mall o para un campus universitario.

Si no “sopla” el aire, es necesario prender un motor a combustión para que haya electricidad en el inmueble. Por ello, la CFE y técnicos conservadores que la asesoran argumentan la necesidad de usar incluso carbón y combustóleo en ánimo de mantener la estabilidad del sistema.

Una opción menos contaminante considera las plantas con base en ciclos combinados de gas natural, o bien, baterías que almacenaron previamente energía eólica o solar. Esa nueva industria motivó la creación de empresas recicladoras de esos acumuladores de energía de los que puede aprovecharse nuevamente más del 90 por ciento de sus residuos.

Guardemos proporciones, pero el ejemplo del centro comercial puede servir para una nación.

Esto avisó ayer el Gobierno de Estados Unidos a través de su Agencia de Información Energética, la EIA:

“En la primera mitad de 2023, los desarrolladores agregaron 16 mil 800 megawatts de nueva capacidad de generación eléctrica a gran escala a la red eléctrica de Estados Unidos, de acuerdo con nuestro último inventario de generadores eléctricos. Los desarrolladores planean poner en línea 35 mil 200 megawatts adicionales de capacidad en la segunda mitad del año”.

Atención, hablamos de un total de 52 mil megawatts que serán instalados solo en 2023 en Estados Unidos. Ese volumen sirve para alimentar a todo México en un buen día.

En cifras redondeadas, la energía solar representó la mayoría de la aportación ya instalada, con un 35 por ciento. El gas, el 34 por ciento; la eólica aportó el 19 por ciento y las baterías, 11 por ciento de lo puesto en operación hasta junio.

¿Si esa energía entra, cuál va de salida?

El mismo reporte explica que este año saldrán de operación plantas de generación con capacidad de más de 15 mil megawatts basadas en la quema de carbón. También van para afuera 7 mil 200 megawatts de plantas dependientes de tecnologías antiguas que requieren gas natural.

¿Y México no se mueve con baterías? Los proyectos son incipientes, pero me hablan de uno en particular procedente de China, que podría respaldar un gran parque industrial. De la ubicación y sus detalles, escribiré pronto aquí.

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