¿Hasta dónde llega hoy Latinoamérica hacia el norte? Su moneda se devaluó 7 por ciento frente a las más relevantes del mundo en un año y hasta ayer, en este país había un senador de apellido Menéndez que se negaba a renunciar, pese a que junto con su esposa, fue acusado formalmente de soborno por un gran jurado federal.
Su industria automotriz está en huelga y hasta los actores siguen confrontados con los estudios de cine, pese a que los escritores de historias parecen haber alcanzado un acuerdo.
En este país, el gobierno también está a punto de cerrar parte de sus operaciones el domingo, por carencia de recursos. Esa nación es Estados Unidos.
Conviene no engañarse. Gracias a su innovación empresarial, los vecinos continúan y seguirán siendo por mucho tiempo los dueños de la economía y la moneda más poderosa del planeta. Pero es evidente que sus bases sociales se sacudieron desde 2016, cuando un candidato Donald Trump se convirtió en presidente y revolvió al Partido Republicano.
Ahora la advertencia es la siguiente y proviene de su agrupación empresarial más fuerte: la US Chamber of Commerce, que escribió un memorándum para sus miembros.
“A pesar de que la Administración Biden y los líderes del Congreso de ambos partidos en la Cámara y el Senado quieren evitar un cierre del gobierno, existe un consenso sustancial de que se producirá un cierre al comienzo del año fiscal, el 1 de octubre”.
“Si se produce un cierre del gobierno, es probable que tenga una duración significativa y no haya un camino claro para reabrir el gobierno”, expuso en su sitio web hasta ayer.
Esas son incómodas noticias para los habitantes de Estados Unidos, pero también para la relación comercial y política con sus socios.
El principal en todo el mundo por volumen de mercado y cruces fronterizos es México. Se disparan varias alarmas de riesgo y una es fácil de entender.
¿Pueden detenerse los trámites de visas por el cierre del gobierno?
La US Chamber of Commerce detalla que en un informe de 2018, el Servicio de Investigación del Congreso, una organización no partidista, detalló algunos de los impactos de cierres gubernamentales anteriores, entre ellos, al trámite de visas.
Aproximadamente entre 20 mil y 30 mil solicitudes presentadas por extranjeros para obtener este documento quedaban sin procesar cada día, junto con 200 mil solicitudes de pasaportes estadounidenses que tampoco fueron tramitadas.
“Las industrias turísticas y las aerolíneas estadounidenses sufrieron pérdidas por millones de dólares”, advierte el gremio empresarial.
Un cierre a partir del mes entrante pondría un obstáculo a ciertos ‘paisanos’ que dependen de trámites migratorios pendientes para visitar a su familia en México.
También quienes planean cruzar la frontera hacia el norte durante el otoño pueden enfrentar contratiempos.
Durante uno de los cierres gubernamentales anteriores, museos, monumentos y 368 sitios del Servicio de Parques Nacionales dejaron de funcionar, provocando desilusión de paseantes y pérdida de ingresos para comunidades locales.
¿Es inevitable el cierre del gobierno de EU?
No. Cuando los legisladores se vuelvan a reunir hoy, la Cámara y el Senado impulsarán cada uno su legislación para evitar un inminente cierre del gobierno. Si no toman medidas, el gobierno cesará sus operaciones cuando las leyes de gasto actuales expiren el 30 de septiembre.
Si éste se concreta, habrán ocurrido seis cierres desde 1995; pero cuatro de ellos solamente en una década, lo que mostraría un deterioro en la capacidad de gobierno del principal referente democrático de esta era.
Hay miles de millones de dólares en proyectos gubernamentales que dejarían de derramarse hacia la economía norteamericana que va de México a Canadá.
Por el bien de su sociedad y de las otras democracias del mundo, ojalá que los estadounidenses encuentren nuevas vías de solución. No necesitamos más problemas.