Ayer el Gobierno divulgó una compilación de anuncios de inversión.
Vaya, hicieron una lista de apuestas que harán distintas compañías durante los próximos tres años en México y que de acuerdo con sus estimaciones, el dinero se transformará en plazas laborales equivalentes a la población de medio Tequisquiapan.
Eso es bueno, pero el detalle es mejor.
En la lista divulgada por la Secretaría de Economía destaca en primer lugar y por mucho, una compañía llamada FEMSA.
Es la empresa mexicana global más poderosa, originaria de Monterrey. Esta compañía encabezada por José Antonio El Diablo Fernández Carbajal es propietaria de la mayor embotelladora de marcas Coca Cola y de la más grande cadena de tiendas de conveniencia, que gobierna las esquinas de México bajo la marca OXXO.
¿De dónde sacó el gobierno el dato de una inversión equivalente a 9 mil 965 millones de dólares que hará FEMSA?
De un reporte público del 15 de febrero en el cual este corporativo anunció que, ojo, durante los “próximos cinco años” esperan invertir más de 237 mil millones de pesos –unos 14 mil millones de dólares– de los cuales, 170 mil millones –casi 10 mil millones de dólares– se quedarán en el país que les vio nacer. Eso es mayor a cualquier anuncio unitario de inversión extranjera.
Invierten para que el negocio crezca y el negocio debe crecer en beneficio de los accionistas de la empresa, y de Hacienda, que tendrá acceso a unos 100 mil millones de pesos en impuestos que pagará este conglomerado en el periodo previsto de 2023 a 2028 y que equivale más o menos a una semana de todos los tributos que cobra el gobierno durante una semana del año.
¿Bien, pero para que todo eso funcione… en qué va a invertir FEMSA?
Oficial y públicamente dijeron que privilegian las “inversiones orgánicas dentro de sus modelos de negocios probados”. Dicho de otro modo, zapatero a tus zapatos.
La compañía difundió también que favorecerá “iniciativas y capacidades con perfiles atractivos” a través de la expansión del mercado y la innovación, oportunidades futuras de creación de valor.
Aquí es en donde está la clave. El ‘valor’ es algo poco revisado en México.
Ustedes podrán quejarse de que a veces no abren la otra caja, pero deben reconocer que la opción de resolver la comida, la carga del celular y la ‘ida al banco’ en 100 metros cuadrados es una solución. Eso vale.
Para entregar valor, decía Steve Jobs, hay que ser obsesivo con lo que busca el cliente. De acuerdo con la gente de FEMSA, muchos mexicanos esperaban servicios como los de Spin, una tarjeta de débito que OXXO entrega en minutos y que permite a la gente ‘guardar’, ‘recibir’, ‘pagar’ y ‘enviar dinero’, incluso en línea, sin la necesidad de acudir a una temible sucursal bancaria. Eso vale, también.
Tanto foco pusieron en ese tipo de innovación financiera que esta compañía centenaria encargó inicialmente el asunto a José Antonio Fernández Garza Lagüera, hijo de Fernández Carbajal y heredero natural al liderazgo de FEMSA.
Él es la cara de la “transformación del OXXO”, y desde el año pasado el máximo responsable de ese negocio de retail caracterizado por sus miles de tiendas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido abiertamente crítico de FEMSA.
El que su gobierno destaque los anuncios de inversión de la empresa mexicana por encima de los 4 mil millones de dólares, los 4 mil 963 millones y otros 2 mil 450 millones de las extranjeras DHL, Amazon y Mercadolibre, respectivamente, merece atención especial.
Noten que todas las mayores inversiones, incluida la de FEMSA, son de empresas que apuestan a la innovación a la tecnología. ¿Cómo se preparan ustedes en ese ambiente?