Parteaguas

Coincidencias de Claudia y Xóchitl

El líder de JP Morgan, Jamie Dimon, señala dos elementos que pueden cambiar las reglas del ‘nearshoring’ tan pronto como el año entrante: la inmigración y los tratados comerciales.

Al menos tienen un par de coincidencias y una de ellas tiene que ver con de dónde esperan que crezcan los empleos y el salario.

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Galvez confían en el nearshoring como una llave al éxito del sexenio de quien gane la Presidencia. Pero éste enfrenta riesgos más allá de lo que apuntan las candidatas a la Presidencia. Lo sabemos ahora por lo que reveló una carta.

México se volvió nuevamente atractivo por una razón de siempre: está cerca (near) de las costas (shore) estadounidenses. Para ganar las ventajas del nearshoring algo hicimos, pero no mucho más que lo que nos concedió la historia desde hace siglos.

A fin de esquivar problemas de proveeduría desde China, muchas empresas extranjeras instalan fábricas nuevamente en México. Muchas más deben venir. ¿Muchas más deben venir?

¿Leyeron la carta de Jamie Dimon publicada esta semana? Él es desde hace años el líder de JP Morgan, el mayor banco estadounidense que salvó a su país de una crisis financiera esta década al comprar rápidamente bancos que iban a la quiebra.

En su carta anual a dueños de JP Morgan, Jamie Dimon apuntó a dos elementos que pueden cambiar las reglas del juego del nearshoring, tan pronto como el año entrante.

Uno tiene que ver con revisar la inmigración. Él y otros líderes de grandes compañías agrupadas en la US Chamber, reclaman desde hace años al gobierno del país vecino rehacer las leyes para que más gente pueda entrar a la Unión Americana, pero de manera ordenada.

Si eso ocurre, es posible que muchos trabajos que hoy vienen a México porque allá no hay gente suficiente, se queden en Estados Unidos y sean ocupados por gente que cruzaría legalmente la frontera.

Otro asunto es aún más serio: Dimon solicitó en su carta que Estados Unidos abra más tratados de libre comercio como el que tiene con México y Canadá. Lean:

“Deberíamos volver a entrar inmediatamente, si es posible, en el acuerdo de Asociación Transpacífico negociado anteriormente. No sólo es bueno para la economía, sino que también podría ser una medida brillante, estratégica y de seguridad económica: una alianza económica que nos une con otros 11 países importantes (incluidos Australia, Chile, Japón, Malasia, México, Singapur y Vietnam)”.

Otra de las razones por las que México es atractivo para la manufactura global es que puede exportar productos a Estados Unidos sin pagar impuestos, justamente por el T-MEC o Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá.

Si Joe Biden o Donald Trump, como presidente, promueven la firma de ese y otros tratados, a México le crecerá la competencia.

“Geopolítica y estratégicamente, esta podría ser una de las medidas más importantes para contrarrestar a China”, insistió Dimon en su texto.

Los mexicanos no están amarrados y guiados por una Presidencia fuerte pueden competir contra otras naciones.

Por eso es clave otra conciencia de las campañas de Xóchitl y de Claudia, en el sentido de apoyar la producción de electricidad con energía renovable, que ahora exigen los grandes corporativos.

Hay una tercera coincidencia que veladamente se esconde en ambas campañas y que también es un elemento clave: llenar de armas a los mexicanos, pero de aquellas relacionadas con habilidades que les permitan entender la nueva economía. La de los semiconductores, los chips, el software, la blockchain, la nube, los cohetes espaciales y la inteligencia artificial.

El mismo Dimon reconoce que ignora la dimensión del crecimiento en el que estamos subidos:

“Si bien no conocemos el efecto total o el ritmo preciso al que la IA cambiará nuestro negocio, estamos completamente convencidos de que las consecuencias serán extraordinarias y posiblemente tan transformadoras como algunas de las principales invenciones tecnológicas de la actualidad los últimos cientos de años: piensen en la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, la informática e Internet.

Entrenados, los mexicanos no dependerían de otros. Tampoco del nearshoring.

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