Los regios recurren a una frase que alude a la higiene personal cuando destacan que alguien se pasó de la raya: “¡Te la bañaste!”. ¿Qué te bañaste? Quien sabe, pero rebasaste el límite.
Tesla ya se la bañó. Hace poco más de un año anunció la inversión en una nueva planta de fabricación en Nuevo León que, de acuerdo con sus ingenieros, podría concluirse en unos meses. No ha llegado la primera piedra, todavía.
Podríamos hacer drama o hacer análisis. Conviene concentrarse en lo segundo luego de que ayer Bloomberg hizo público un mensaje de correo electrónico destinado a uno de cada 10 trabajadores de esa compañía encabezada por el multimillonario Elon Musk.
Son 14 mil personas incluyendo directivos, de un total de 140 mil empleados.
“A lo largo de los años hemos crecido rápidamente con múltiples fábricas expandiéndose en todo el mundo”, escribió Musk en el mensaje del que informó el blog Electrek. “Con este crecimiento hubo una duplicación de roles y funciones laborales en ciertas áreas”, argumentó.
¿Despedir allá para contratar acá?
¿Cómo conectar ese mensaje con la promesa inconclusa de una inversión en Santa Catarina, zona metropolitana de Monterrey? ¿Es sensato pensar en contratar acá cuando despides allá?
En 2023, las ventas dejaron de crecer al ritmo que lo hicieron hasta 2022, consecuentemente el valor de la compañía bajó más de 36 por ciento en seis meses. Musk quiere bajar costos.
Irónicamente, la posibilidad de que Tesla contrate personal en México para producir automóviles hace más sentido en una lógica de contracción financiera.
En Nuevo León este año las fábricas pagan en promedio 19 mil 500 pesos mensuales a cada trabajador, de acuerdo con reportes del IMSS: eso incluye desde a quien hace partes para aviones, hasta aquellos que ensamblan muñecas Barbie de Mattel en esa entidad.
De cualquier modo, es una cifra 60 por ciento inferior al equivalente a 48 mil pesos mensuales que pagaba Tesla hasta 2022 a sus empleados.
Por salarios hace sentido optar por México como destino, lo que incluiría al país en una lista de otros tres (Estados Unidos, China y Alemania) en los que ya hay fábricas de la empresa.
Otros costos también podrían ser reducidos. El gobierno del estado de Nuevo León trabaja en los contratos de incentivos que podrían hacer más viable el arribo del fabricante de vehículos eléctricos. También avanza en trabajos de infraestructura relacionada con entrada y salida del terreno de la gigafactory, amén de cableado eléctrico y acceso al agua.
¿Qué juega en contra de los regios? La época electoral estadounidense durante la cual Donald Trump puede usar en contra de Musk el anuncio de un arranque de una planta en México.
El mismo líder de Tesla ha sido punzante al exigir vía su cuenta de X al presidente Joe Biden que detenga la inmigración ilegal a Estados Unidos.
La avanzada
El gobierno del estado estima que entre 35 y 40 empresas proveedoras de Tesla ya llegaron. Destacan Yanfeng Seating, fabricante de asientos que en enero inauguró su segunda planta en Nuevo León, en la que invirtió 23 millones de dólares.
Brembo, la de los frenos, anunció en mayo la expansión de 207 millones de dólares de su planta de Escobedo. También la taiwanesa Quanta Computer prometió inversiones.
El caso más interesante es el de la alemana ZF que apuesta 200 millones de dólares en un centro de desarrollo avanzado que mete a México en una nueva era de manufactura.
Ahí, 16 laboratorios de última generación certificarán vehículos eléctricos y autónomos, junto a empleados que ya producen cámaras inteligentes para Conducción Asistida (ADAS) y sistemas de frenos ‘Integrated Brake Control’ para conducción automatizada.
Propongo fecha para un potencial arranque de la construcción de esa cantada planta de Tesla: diciembre de este año, ya que haya nuevo presidente en ambos países y la gente piense en vacaciones y regalos, más que en grilla.