Parteaguas

¿Bitcoin y oro ya son lo mismo en 2024?

El bitcoin es oro digital, dijo el líder de Blackrock, Larry Fink; es un activo de “refugio” al que acuden los inversionistas.

¿Si se asoma una catástrofe, en dónde conviene poner el dinero? Deberían considerar el bitcoin. Lo dijo el presidente de Blackrock.

No esperábamos la pandemia. No vimos la guerra de Rusia contra Ucrania hasta que ocurrió. Tampoco el atentado contra Israel que derivó en la guerra en Palestina. Menos anticipamos que un muchacho de 20 años se subiría al techo de una bodega para disparar al ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

¿Qué otra sorpresa prepara el destino? En lo que averiguamos, algunos ya decidieron.

Ante la incertidumbre, muchos están comprando oro. Es posible inferirlo a partir del ascenso en el precio internacional de este metal. ¿No sería mejor comprar bitcoin?

Una entrevista hecha por la CNBC al presidente de Blackrock, Larry Fink, resultó reveladora:

Larry Fink ve un futuro para bitcoin después de haber sido anteriormente un “orgulloso escéptico” de la criptomoneda.

“Creo firmemente que el bitcoin tiene un papel en las carteras”, dijo Fink el lunes, llamándolo “oro digital”, de acuerdo con la CNBC.

Una onza de oro valía ayer 2 mil 458 dólares. Esa cifra es congruente con los poco más de 50 mil pesos que cuesta un Centenario. Hoy el oro cuesta 25 por ciento más que hace un año.

El bitcoin aumentó su valor 115 por ciento en el mismo plazo, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg. Solamente en lo que va de este 2024, el oro ganó 19 por ciento en valor; el bitcoin, 53 por ciento.

Si les gustan las gráficas, vean cómo sus precios se mueven a un ritmo similar.

Pero hay una clara diferencia entre ambas opciones. Uno es tangible. Si ustedes compran una pieza de oro pueden guardarla, atesorarla, tenerla en casa. Pero antes deben ir a conseguirla, con las dificultades y riesgos que eso representa. Pueden comprar digitalmente también un documento que avala su posesión de cierta cantidad de oro (un Exchange Traded Fund o ETF, digamos) pero el activo que tendrán se parecerá un poco al bitcoin.

Ese cripto activo, por el contrario, está basado siempre y enteramente en la confianza en una plataforma con tecnología digital: blockchain, que requiere estudio. Al poderoso y experimentado Larry Fink, cuya empresa compra acciones de gigantes como Apple, Microsoft o Femsa, le tomó 15 años comprender el valor de esta herramienta creada durante la crisis financiera de 2009 en Estados Unidos.

BlackRock se ha convertido en un actor importante en el sector de los cripto activos.

El iShares Bitcoin Trust (IBIT) de la empresa ha recaudado más de 18 mil millones de dólares desde su lanzamiento en enero, de acuerdo con CNBC.

Eso lo convierte en el mayor fondo de bitcoin cotizado en bolsa de bitcoins. Ahora la empresa va por otro ETF; esta vez, de ether, una herramienta más sofisticada que el bitcoin, pues permite vincular incluso propiedades físicas como una casa, con un cripto activo, aumentando la seguridad en en transacciones de compra y venta de inmuebles. Pero no nos metamos en líos, por hoy.

El reconocimiento hecho por Fink brinda luz sobre otra grieta en los sistemas de la economía que analistas conservadores consideraban intocables. El bitcoin es oro digital, dijo el líder de Blackrock, es un activo de “refugio” al que acuden los inversionistas.

Con ello contradice a muchos que quizás pasan por alto la irracionalidad de dar mucho valor a un poco útil metal dorado.

Ayer expuse aquí una declaración políticamente incorrecta hecha por Jamie Dimon al inicio del año en la reunión anual del Foro Económico Mundial, en Davos: “Tenía algo de razón sobre la OTAN” –dijo acerca de Donald Trump– “y algo de razón sobre la inmigración. Hizo crecer la economía muy bien. La reforma fiscal funcionó. Tenía algo de razón sobre China”.

Acá en México muchos tecnócratas y empresarios advirtieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que aumentar el salario mínimo en México provocaría inflación. Ahora sabemos que ese ascenso no fue la causa del alza de precios.

¿Es hora de rehacer los libros de política económica? ¿Hay que comprar bitcoin?

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