Tiene un pasillo con efectos hipnóticos. Ahí están las bicis, un sofá, asadores, la compostera, líneas de focos de led para el patio y cosas que verdaderamente no necesitas, ¿pero qué le vamos a hacer? Es el Costco. Toma mi dinero y cállate.
A su oferta habitual, la compañía de Issaquah, Washington, recién añadió una propuesta que bien harían en revisar el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, y los legisladores de Morena:
Costco se asoció con una desarrolladora para ofrecer 800 departamentos en una nueva tienda en la comunidad de Baldwin Village en Los Ángeles, California, con una oferta variada que incluye viviendas disponibles específicamente para “personas de bajos ingresos”.
Todos ganan. La constructora, la empresa de ventas al mayoreo y sus inquilinos, clientes cautivos que conforme a la promesa contarán con piscina; canchas de basquetbol; patios interiores; un sendero con jardines para caminar; zona de granja urbana y estacionamiento vigilado, dentro del proyecto de dos hectáreas llamado 5035 Coliseum con un elevador que quizás lleve al… área de congelados.
La desarrolladora es Thrive Living, empresa privada estadounidense, propiedad de Magnum Real Estate Group, cuyo propósito es invertir más de mil millones de dólares en viviendas para trabajadores. Para eso adquiere propiedades ubicadas en mercados urbanos con fuertes disparidades de ingresos.
“Somos una marca nacional, actualmente perseguimos nuestra misión en Los Ángeles, una ciudad y región que experimenta una grave crisis de asequibilidad de la vivienda donde los alquileres están aumentando más rápido que los ingresos”, expone la firma de vivienda en su sitio web. Explica también que los proyectos se financian de manera privada, sin subsidios de recursos públicos.
Tradicionalmente, los inmuebles de supermercados son aprovechados solo parcialmente. Requieren un espacio grande para el local comercial y otro aún mayor para el estacionamiento, inutilizando el espacio vertical útil para la construcción de un edificio de departamentos.
En México, al menos un corporativo avanzó hace casi dos décadas hacia la oportunidad que representa el debido aprovechamiento de esos espacios.
Grupo Gigante –otrora participante del mercado de tiendas de autoservicio– dio el salto hacia el negocio inmobiliario justamente por la vía de un uso más eficiente de sus propiedades. Hoy presume de tener un 93 por ciento de ocupación en sus 102 inmuebles que ofrecen más de un millón de metros cuadrados en alquiler. ¿La oferta de vivienda podría ser una opción para ellos?
Resolver el problema de acceso a una casa o departamento es responsabilidad de todos los habitantes de una ciudad. Idealmente, el gobierno debe facilitar las relaciones entre compradores y vendedores sin afectar a los emprendedores, pero provocando la accesibilidad a cualquier tipo de cliente.
La presidenta electa Claudia Sheinbaum prometió durante su campaña una iniciativa para cambiar la Ley del Infonavit con el fin de crear vivienda para que los más jóvenes puedan rentar con opción a compra.
Quizás ejemplos como el de Costco permitirían a desarrolladoras como Grupo Gigante, impulsar negocios rentables con un enfoque de impacto social no solo en la Ciudad de México, sino en Monterrey, Guadalajara, incluso en ciudades medianas como Querétaro o Mérida, en donde las propiedades urbanas elevan sus precios a una tasa anual acelerada que duplica la inflación general y supera el 10 por ciento anual, de acuerdo con indicadores de la Sociedad Hipotecaria Federal.
La vía para reducir el precio de la vivienda es aumentando la oferta.
Legislar para contener los precios desincentiva justamente eso, al haber menos gente interesada en invertir en nuevas casas y también en comprar con una hipoteca de largo plazo, al no tener certidumbre sobre la plusvalía de su propiedad.
¿Cómo romper el ciclo de alzas? Quizás con un club de precios.