En cinco minutos, el dólar brincó 42 centavos, a 20.74 pesos cuando escribía este texto, anoche.
Creo que en el mediano plazo vendrán más oportunidades que riesgos, pero en el corto hay que aguantar la personalidad de un hombre llamado Donald Trump, que pronto será presidente otra vez y ayer volvió a amenazar a los mexicanos, sacudiendo su moneda.
Él regresó este lunes a su rentable narrativa de decir que castigará las importaciones de Estados Unidos con un arancel de 25 por ciento, si vienen de este país o de Canadá, miren nada más.
De estas expresiones vendrán muchas, por lo menos durante los próximos 12 meses, a las que se suman ahora las de políticos canadienses cargadas de un tufillo a racismo ¿Qué mosco les picó?
El mundo es como es. Mexicanos, a lo nuestro. Por ejemplo, quien pueda ahorrar que lo haga, ahora es el momento.
Los bancos pagan relativamente bien en sus instrumentos más seguros. De acuerdo con la enorme firma de inversión Vanguard, Trump e individuos similares provocarán que se prolongue una era de tasas altas.
Ayer esa compañía, que invierte con dinero de ahorradores de todo el mundo, liberó sus ‘Perspectivas para 2025′, un documento en el que se refirió a los “riesgos emergentes” relacionados con “el comercio global y la inmigración”, a los que ha puesto énfasis desde su campaña presidencial el empresario y político republicano.
“Aunque los bancos centrales están relajando ahora su política monetaria, mantenemos nuestra opinión de que las tasas de política monetaria se asentarán en niveles más altos que en la década de 2010″, advirtió Vanguard. “Este entorno sienta las bases para una rentabilidad sólida del efectivo y la renta fija durante la próxima década”.
“La visión de la renta variable es más cautelosa”, agregó el análisis. En efecto, no es posible saber qué empresas pueden ser golpeadas en el valor de sus acciones por un señor que gusta de escribir casi todo lo que piensa, más cuando se enoja.
La renta fija que ofrecen los bonos o pagarés firmados por gobiernos quizá pague menos, pero luce más estable y parece más satisfactoria para quienes evitan el riesgo e invierten a largo plazo en el banco, por ejemplo.
“La era del dinero sólido, caracterizada por tasas de interés reales positivas, sigue viva”, aclaró Vanguard.
Parece dibujarse una tendencia en el horizonte. La explicó la semana pasada John Authers en un ensayo para Bloomberg: advierte que entramos en una fase de nuevo “mercantilismo”, todo por culpa de Barack Obama. What?
Su lógica explica que ese expresidente de Estados Unidos evitó durante su mandato conflictos con los responsables de ocasionar la peor crisis financiera de este siglo, en 2009. La gente de a pie percibió que los castigados por los errores de Lehman Brothers y casas similares fueron ellos, mientras que los bancos recibieron barcos salvavidas.
La ganancia política fue recogida por Donald Trump, quien aplica barreras arancelarias y otras políticas similares a las del histórico Jean-Baptiste Colbert, ministro de finanzas del rey Luis XIV. Mismas que, por cierto, fueron mantenidas por el presidente Joe Biden.
Luis XIV promovió el ‘colbertismo’, la acumulación de riqueza dentro de su país mediante aranceles para proteger la industria local de la competencia extranjera. En esencia, buscaba que Francia fuera autosuficiente y un actor dominante en el comercio internacional.
Tal acumulación funcionó durante un tiempo que les permitió a los franceses embellecer París, construyendo el Palacio de Versalles y ampliando el Museo del Louvre. Pero al final, fracasó.
Cerrada al mundo, Francia limitó su capacidad de innovación y no pudo adaptarse a una economía en rápida transformación, en la que el comercio y la producción industrial requerían menos intervención estatal y más libertad de mercado.
Hace unos meses, la misma gente de Vanguard estimó en un escenario próximo que la inteligencia artificial puede tener un impacto en la productividad superior al de Internet y similar al que tuvo la electricidad, lo que supone ajustes rápidos en la economía.
¿Es en esta era cuando estadounidenses y canadienses quieren cerrarse? Creo que eso no puede durar.