Lo habían mantenido bajo la mesa, pero ayer lo revelaron y se lo pidieron abiertamente al presidente Donald Trump: ‘cero por cero’ en aranceles.
¿Quienes? Los líderes de las empresas más grandes de su país, agremiados en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos. Si no quieren perderse en un mar de noticias, sigan las señales que envían desde el sitio web de la ’US Chamber of Commerce‘.
Cuando sus miembros quisieron una baja de impuestos, impulsaron a Trump en 2016; cuando se enojaron porque se les salió de las manos, apoyaron a los demócratas y ganó Joe Biden el acceso a la Casa Blanca.
En mayo les avisé que ganaría Trump, pues los miembros de la US Chamber entraron en un gran conflicto con las autoridades regulatorias de la administración que ya salió de la Presidencia de los vecinos. Ahora le piden a Trump que detenga sus aranceles y que aplique la “reciprocidad cero por cero”.
En pocas palabras, que en lugar de establecer impuestos y barreras a los productos de otras naciones, ofrezca libre comercio a cambio de reciprocidad. Aquí está la cita:
“Cómo lograr la reciprocidad. Estados Unidos debería buscar la reciprocidad ‘cero por cero’ en aranceles y otras barreras comerciales mediante la negociación de acuerdos comerciales adicionales con aliados y otros socios amistosos”, pidió la Cámara.
“La mejor respuesta para el crecimiento a las barreras comerciales exteriores es negociar acuerdos comerciales vinculantes para eliminar los aranceles y otras barreras comerciales, abrir los mercados extranjeros y garantizar la reciprocidad”, divulgó ayer mediante un escrito John G. Murphy, el vicepresidente y director de Asuntos Internacionales de ese gremio.
Él admite que es cierto. Que otros gobiernos mantienen aranceles y distintas barreras que limitan las exportaciones estadounidenses de bienes y servicios.
Pero sostiene que abrir mercados en lugar de elevar obstáculos conviene a los estadounidenses. ¿Sus argumentos? Que si bien México y otros 19 países con los que Estados Unidos tiene tratados vigentes de libre comercio representan solo 6 por ciento de la población mundial no estadounidense, estos compran regularmente casi la mitad de todas las exportaciones estadounidenses.
Per cápita, ustedes habitantes de estos 20 países, compran 14 veces más bienes y servicios fabricados en Estados Unidos que los ciudadanos de otras naciones. ¿Desayunaron Corn Flakes?
En otras palabras, destaca la US Chamber, los tratados pueden generar grandes mercados de exportación incluso en economías pequeñas. El T-MEC y otros acuerdos similares con Estados Unidos ofrecen reciprocidad arancelaria de ‘cero por cero’ para aproximadamente 99 por ciento de todas las líneas de comercio internacional.
¿Quién es el autor John G Murphy? Es un acólito del libre comercio, interés que históricamente identificó al Partido Republicano al que pertenece Donald Trump.
Desde su incorporación a la Cámara en 1999, Murphy ha liderado exitosas campañas para la aprobación en el Congreso de acuerdos comerciales con países como Colombia, Panamá y Corea del Sur.
Trump conoce esta narrativa, tanto, que sabe que Murphy omite un punto en su misiva: la creciente separación entre los ingresos de directores generales, del de los trabajadores de menor rango en las fábricas.
En ese dolor Trump ha cimentado su popularidad y su poder. Por eso sacude los cimientos ideológicos de su país, porque se sabe respaldado por una multitud de individuos que vieron pasar la prosperidad que se instaló en las costas de esa nación, dejando al resto al margen.
Para los demás habitantes del mundo el resultado de este choque es una incógnita.
¿Cuánto tiempo va a ignorar Trump a los directivos de las empresas más tradicionales de su país? Mi opinión: no mucho.
Allá habrá elecciones legislativas en dos años y el presidente querrá contar una historia de éxito y no la que hasta ahora mantiene a la baja la confianza de los consumidores de su país. Los aranceles, si los imponen, no son sostenibles. Prepárense, las oportunidades van a llegar.