Parteaguas

3 mil 971 palabras...

En su discurso de celebración de los primeros dos años de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció miles de vocablos, pero entre ellos no incluyó 'tecnología' o 'ciencia'.

Fueron 3 mil 971 oportunidades de dar esperanza a una generación a la que quizá no le atrae el petróleo, pero que hoy el gobierno parece ofrecer casi como único destino laboral.

En el discurso de celebración de los primeros dos años de gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció miles de vocablos, pero entre ellos no incluyó "tecnología" o "ciencia".

A esta generación a la que le pagarán más por lo que piense, el mandatario brindó palabras como petróleo, diésel, gasolina, incluso electricidad. Productos, todos ellos, surgidos en el siglo XIX. Nada de fintech, hidrógeno, vacunas o coches autónomos.

Ayer hablé públicamente con tres líderes de empresa directamente relacionados con las actividades de la generación conectada al Zoom, al WhatsApp y al Skype. Sus empleados y proveedores dependen de esas herramientas.

Las plataformas de El Financiero Bloomberg transmitieron esa conversación con Claudia Jañez, Manuel Bravo y Fernando González, titulada Empresas Globales: Estrategia de Regreso a la Nueva Normalidad.

Sería muy difícil que no tengan frente a ustedes en este momento un producto de Dupont, Bayer o Cemex... las empresas que ellos dirigen, respectivamente. Las tres, dependientes de inventar cosas nuevas. Ya sea un nuevo traje ligero médico que proteja ante el Covid-19; un tratamiento que lo acabe o un concreto que fragüe más rápido para que no convivan mucho tiempo los trabajadores que lo instalen.

Una conclusión de la conversación es que esa 'nueva normalidad' que ustedes buscan no tiene definición precisa, pero definitivamente nos impone una permanente transición. De aquí en adelante parece que lo único estable es cambiar.

Entramos en una etapa en la que esa vieja adaptación que distingue a la gente desde siempre, se aceleró a un ritmo que no conocemos. Nuestros años humanos se convierten en 'años perro' en el que uno vale por siete.

Antes de la pandemia, González empujó un producto para vender cemento vía smartphone como quien comercia con pizzas a domicilio. Ese sistema que llaman Cemex Go salva el día a una compañía que se precia de estar cerca de sus clientes, pero a distancia suficiente para protegerse de un virus.

Durante los tres meses más recientes, el comercio electrónico avanzó lo mismo que en una década, dijo él ayer.

Porque hoy la ciencia quedó reivindicada, destacó aparte Manuel Bravo, presidente y director general de Bayer México.

La vacuna o la cura contra el Covid-19 que esperan todos para el año entrante, en otras circunstancias probablemente tardaría una década en llegar, pero no hay tiempo, o al menos no queremos dárnoslo. La gente no quiere que esta pandemia desaparezca de su vida en el tiempo que tomó acabar con la fiebre española hace 100 años. En la era de Spotify, 'comprar un disco' requiere el mismo tiempo que sonarse la nariz.

Los problemas conocidos se resuelven con ciencia y el científico ya no es ese extraño y oscuro personaje metido en un laboratorio, sino un Elon Musk tuiteando sobre el valor de las acciones de su empresa.

¿Qué terreno ofrece México a esa efervescencia?

Además de presidir Dupont en Latinoamérica, Claudia Jañez es una mexicana que representa a las empresas globales establecidas en el país, encabeza el CEEG.

Ella presenció el viaje de un México que se movía a capricho del presidente en turno a otro más democrático, en el que los mandatarios no podían moverse sin la venia de sus opositores.

Ella dijo ayer que su gremio en estos días luce contrariado, que quiere ver señales de respeto a las inversiones, a la buena fe, al Estado de derecho. Ese término sí fue abordado por López Obrador en su discurso del miércoles:

"Existe un auténtico Estado de derecho", dijo. Conviene al país hacerlo valer… sentir y ver.

Ni eso, ni generar ciencia y tecnología, puede esperar.

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