No es momento de revisar si creció la inversión en esta actividad. El hecho es que el presidente Andrés Manuel López Obrador considera que el gobierno del país debe invertir 102 mil millones de pesos en evitar su caída en el olvido por parte del mundo.
Hoy, quien no inventa y produce tecnología está en una economía que data, con suerte, del siglo XX.
Ustedes, si viven en México, son dependientes y más que eso, están esquinados del lado del mundo que paga bajos salarios y debe pagar tecnología cara que venga del exterior.
Hoy el iPhone no vale menos de 17 mil pesos.
Salvo por una rareza, la computadora en la que hacen el Zoom, y la mayoría de sus componentes, vienen de la creación de otra nación. El Zoom también.
Las apps que usan más frecuentemente las hicieron en California o en algunas partes de China en donde las empresas persiguen márgenes de utilidad de la mitad de cada dólar que cobran.
Acá en México abundan manufacturas que hacen lo posible por servir a esas compañías de avanzada y no caer de una ganancia del 10 por ciento sobre sus ingresos. De 10 centavos por dólar.
La única manera de tener una mejor forma de intercambio es producir también tecnología cara y esa sólo llega después de millones de inversión en innovar.
El gobierno piensa invertir en ello 102 mil millones de pesos el año que entra, si los diputados aprueban como fue propuesto ayer el Presupuesto de Egresos de la Federación en un apartado: Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación.
¿Quién suponen ustedes que financió los inicios de Tesla, de Elon Musk? El presidente Barack Obama se involucró en armar un modelo gubernamental de financiamiento.
¿Quién habrá empujado a Huawei en una nación en donde nada grande se mueve si no se involucra el gobierno?
¿Qué campeón tecnológico nacional es apoyado por México para producir celulares o su software?
Algo de esos 102 mil millones podrían ir en esa dirección. El Conacyt pretende un tercio de ese dinero. Algo podrá aportar en la intención de meter a México en ese camino económico.
Mientras, hay que darle la bienvenida a TCL, una poderosa empresa china que llegó ayer al país a vender smartphones a precio medio inicialmente a través de Telcel, de los Slim.
Juan Athié, su director general y vicepresidente de ventas de TCL en Latinoamérica, tiene la encomienda de poner a esta compañía entre los tres grandes vendedores de celulares en México.
La empresa es enorme y su especialidad son las pantallas. Su calidad pasó por el filtro de una nueva filosofía china enfocada en influir y si es posible dominar la red 5G. Se capitalizó en Hong Kong y tiene centros de innovación en su país y en California.
Viene por el lugar de Apple, Samsung o el de su paisana Huawei.
No hay rivales mexicanos en esa carrera, pero algo podría hacerse con 102 mil millones… y empezar por ahí.