Cada quien tendrá su opinión sobre Yucatán, pero estos son los hechos revelados por el Inegi: La economía de ese estado ya crece más que la de Querétaro o la de su siempre destacado vecino, Quintana Roo. En 12 meses contados hasta marzo 2019 creció 3.1 por ciento, un ritmo comparable con el del pujante Nuevo León.
Ernesto Herrera Novelo dice que aspiran a crecer 4 por ciento este año, por si suena conocida la cifra en este México que desacelera. Él es el secretario de Fomento Económico del joven gobernador panista Mauricio Vila Dosal.
¿Pero por qué crece? ¿Quién empuja ese estado hasta hace poco dormido por la resaca de una lejana gloria de la industria del henequén y la mítica Cordemex?
Quizás ahí está lo interesante: hay un montón de factores. Cuenten la multitud de inmigrantes que vienen de la Ciudad de México, de Monterrey o de Guadalajara que compran casas. Sumen a los canadienses… a los estadounidenses o argentinos y a todos ellos el creciente empuje de los yucatecos capitalizados por un negocio inmobiliario que ya suena a boom.
La inversión nacional aumenta allá a ritmo de 60 por ciento anual, la extranjera, 40 por ciento, de acuerdo con el gobierno estatal, y ofrecen ejemplos: las inversiones aplicadas que sumaron 10 mil millones de pesos de Kekén, la empresa de Kuo, de Fernando Senderos Mestre, a las que añadirá 6 mil 500 millones de pesos en dos años para producir más carne de puerco ahora que los chinos pierden producción por una peste animal.
Los cerdos comen el alimento que produce Proteínas y Oléicos de Jacobo Xacur, un jugador local que también se mueve en el Bajío y en Yucatán invertirá en el crecimiento de sus plantas para atender a Kekén que ya convirtió el estado en el mayor exportador de esta carne. Eso empujó las actividades primarias más allá del 14 por ciento… en un año. Grupo Logra moverá mucha de esa comida e invertirá mil 800 millones de pesos en Puerto Progreso.
Los inmigrantes vienen con nóminas de todos tamaños, por eso la regiomontana Misión Obispado —especializada en construir esas pequeñas torres en donde caben seis u ocho pequeños departamentos— invertirá 5 mil millones de pesos o poco más de 250 millones de dólares en donde nadie más lo hizo antes en esa dimensión: en el municipio de Kanasín, zona de escasos recursos al sur de lo que empiezan a llamar la zona metropolitana de Mérida, a donde llegó en este lustro la autopartera alemana Leoni.
En menos de 12 meses inauguraron tres centros comerciales: Gicsa abrió La Isla Mérida; Thor Urbana, The Harbor y a una cuadra de Paseo Montejo, Paseo 60, de José Chapur y Víctor Manuel Abraham, en donde instalaron los hoteles NH Collection y City Express Plus.
Todo se suma a la manufactura. Air Temp, una proveedora directa de empresas como Peugeot, BMW y Volkswagen invierte en un centro de diseño y Falco fabrica partes para baterías de Tesla.
Todas las inversiones en proceso de aplicarse en 24 meses suman 18 mil 200 millones de pesos. Si llegaron hasta aquí, saben que todo eso requiere de energía, de la que hay en proceso 3 mil megawatts de energía solar y eólica en proyectos y líneas de transmisión y una nueva planta de ciclo combinado de la CFE de 500 megawatts que debe operar en 3 años, acordada con Manuel Bartlett, director de la empresa.
El desempleo está en 1.7 por ciento y en promedio el año pasado los bajos salarios yucatecos aumentaron 20 por ciento. El secretario Herrera asegura que hay garantía de energía y del más importante activo de Yucatán, la seguridad, a la que también invierten millones con plan aceptado ya por el Congreso local. Hay que seguirle el paso a esta bomba.