Parteaguas

Cinco 'luces' frente a la oscuridad del coronavirus

Jonathan Ruiz realiza un análisis sobre los 'caminos' que podrían ayudar a la economía ante el brote de COVID-19.

Ayer ganó la Bolsa, pero el asunto lo que subyace es una devaluación estructural de las empresas mexicanas. Tienen un descuento del 12 por ciento respecto al mes pasado, al menos las contenidas en el IPC.

El dólar está 11 por ciento más caro que hace 30 días y para el petróleo la caída va del 15 al 30 por ciento, dependiendo cuál tomen.

Una opción hoy es el miedo.

Otra opción es revisar soluciones y oportunidades. Ayer recogí algunas.

Uno. Fermín Narváez fue gerente de la refinería de Cadereyta, en Nuevo León. Ayer me expuso una propuesta para proteger los ingresos petroleros del país, ahora que se desplomó el precio de la mezcla mexicana de exportación.

La cobertura de la Secretaría de Hacienda podría cubrir un 30 por ciento de las entradas que tiene México por la vía de este hidrocarburo. Hoy el país produce 1.8 millones de barriles diarios.

Las coberturas petroleras a 49 dólares por barril pagarán unos 500 mil barriles diarios a ese precio, pase lo que pase. El resto puede conseguirlo el gobierno a costa de los automovilistas nacionales usando la herramienta del IEPS, por medio de la venta de gasolina que sí puede ser rentable, advierte Narváez, en las refinerías norteñas de Cadereyta y Madero y también en la de Minatitlán, que puede tomar 12 mil millones de pesos ya establecidos en el presupuesto para su mejora.

En detrimento de los consumidores, la gasolina no bajará de precio como en Estados Unidos, pero será el duro precio por la estabilidad. No es el hilo negro, pero debe revisarse el camino para bajar el pánico.

Dos. El precio de los combustibles. El precio del gas natural bajó todavía más. Los contratos a futuro del Henry Hub ayer cotizaban en 1.93 dólares por millón de BTUs.

Este gas sirve para producir la mitad de la electricidad del país. Amarrar estos precios ofrece la posibilidad de energía más barata para la industria, que además puede comprar el hidrocarburo directamente y acordar la fijación de la cotización actual para luego, pasado el caos, fabricar vidrio de ventanas y para coches, acero o cemento en el largo plazo.

Recuerden que si bien el T-MEC no funciona aún, en su momento, estos costos bajos que pueden contratarse luego resultarán sumamente útiles.

Tres. Hay estrategias de ataque. El Gobierno asigna paulatinamente 8 mil millones de dólares a una refinería que no resolverá las necesidades de abasto de gasolina de México y que de mantenerse en el largo plazo los bajos precios internacionales de gasolina, resultará poco útil para bajar las tarifas nacionales en bomba, cuando opere.

Cuatro. Si cabe la lógica, al menos parte de ese dinero podría destinarse a obras de infraestructura hídrica por ejemplo, en el sur del país. Ayer propuso la medida la senadora Beatriz Paredes durante el Foro EF Agro organizado por El Financiero y Bayer, que apuesta por llevar tecnología al campo.

Con ello podrían generarse productos de alto valor del sector agrícola, como hule natural o incluso vainilla, que el mismo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador considera clave dentro de una estrategia de la Sader.

Incluso menos dinero requeriría preparar a técnicos en agricultura en zonas tropicales para detonar la producción sureña, como en su momento despegó la producción de berries en el centro del país.

Cinco. Ni hablar de las oportunidades de exportación de tomate y otras hortalizas que ante la devaluación del peso ocurrida esta semana, ofrecen descuentos ante clientes de otros países. Hoy el sector agropecuario exporta más de 30 mil millones de dólares. Es más que las ventas que ofrece el crudo en el exterior.

De largo plazo está la apuesta por la tecnología. Hay varios centros de generación de innovación en el país que en una mejor vinculación con empresarios nacionales que aún perciben la manufactura como vocación nacional, pueden en conjunto encontrar vías para competir en el exterior en la economía digital.

Lo peor de la crisis del coronavirus ocurre este mes, de acuerdo con el banco estadounidense JP Morgan. Estamos en el pico. Está en los mexicanos quedarse solo con lo malo o salir de ésta relativamente bien librados.

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