Parteaguas

Cómo esquivar a la CFE... o a Bartlett

La estrategia de Manuel Bartlett luce similar a la que muchos quisieran para su propio negocio: marginar a la competencia.

La estrategia de Manuel Bartlett luce similar a la que muchos quisieran para su propio negocio: marginar a la competencia. Más, si sienten que ellos tienen una ventaja injusta.

Para eso hay autoridades que deben impedir abusos. Deberían.

¿No les gusta el modito actual? Hay una manera de esquivar la influencia que el director de la CFE tiene hoy de facto sobre el negocio.

Antes detallé aquí la emergente tecnología de baterías, que combinada con energía renovable, puede hacer confiable un sistema que no lo es debido a la ausencia temporal, pero inevitable, del viento y del sol.

Hay otras que tienen que ver con un esquema más comprensible: poner en la empresa motores que funcionen con base en la combustión de gas natural para generar electricidad, en un esquema de autoabastecimiento.

Eso es lo que hicieron hasta cierto punto quienes este jueves se enteraron de que, a petición de Bartlett, les cambiaron las reglas de tarifas de transmisión durante una sesión extraordinaria de la Comisión Reguladora de Energía.

¿En qué radica la diferencia? En que quienes fueron afectados hoy, invirtieron e instalaron proyectos antes de la reforma energética de 2013. Esos fueron días de eufemismos.

La palabra 'autoabasto' fue incluida al final del siglo pasado y parte del presente en varios o quizás muchos contratos que parecen comunes transacciones comerciales de compra y venta de energía a largo plazo. De lo contrario, la discusión de ayer no tendría mucho sentido. ¿Quién pagaría tarifas de transmisión de electricidad si estuviese consumiendo toda en su propio terreno?

Claro, estos contratos requirieron que quienes fungen como clientes firmaran en calidad de 'socios', vínculo que podrían argumentar bajo la lógica de que en efecto están pagando su parte de la inversión en 'cómodas mensualidades' cobradas mediante un recibo.

Los empresarios trabajaron legalmente usando las normas que tenían a mano, ante una realidad: para generar riqueza que produjera empleos bien pagados, hay que competir en un mundo globalizado en el que la electricidad no es más que otra mercancía. En esta 'cuarta transformación' parece regresar a su incomprensible nicho de deidad.

La forma de competir se basa en buena medida en tener energía barata y esa no la puede proveer la CFE con plantas a combustóleo y una vieja red de transmisión, si no tiene dinero para invertir. Entonces quedan las empresas eficientes dedicadas a generarla mediante proyectos de 'autoabasto' a gas natural o mediante energías renovables.

En ánimo de generar crecimiento económico, gobiernos previos dieron a esos inversionistas la certidumbre que necesitaban con el anterior marco legal por medio de garantía de tarifas de transmisión baratas y de largo plazo, que ahora la CRE pretende modificar en atención a Bartlett. Ojo, no es el primer director de la CFE que se expresa en contra de esas tarifas por considerarlas bajas.

En cualquier caso, es probable que un tribunal derribe la decisión que tomó ayer la CRE sobre un asunto ya establecido y firmado, pero en el trayecto esta administración puede confirmar su garantía de incertidumbre a todas las inversiones.

Para esquivar esa condena ante un nuevo tratado comercial TMEC que se abre en julio, una opción lógica estaría en desconectarse de los cables de la empresa del estado.

Conozco varias empresas mexicanas que ofrecen el servicio.

Una de ellas es Electriz, de Daniel Salazar, que acumula al menos 19 proyectos de generación que en conjunto suman más de 100 megawatts. Su característica radica justamente en ofrecer sistemas 'pequeños' que van de los 500 kilowatts que requiere un pequeño supermercado, hasta los 30 megawatts que merece una planta de Mabe o de La Moderna, que están entre sus clientes.

Ya con las reglas de la reforma energética el asunto es más transparente, los contratos son llamados simplemente permisos de generación, que incluyen generación local o, ahora sí, abasto aislado. Escribiré más del asunto en una próxima entrega.

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