Si la presidenta de Pemex pone atención a un par de tuits de ayer, podría hacer ajustes que hagan más poderosa esa empresa cuando este gobierno termine su sexenio.
La presidenta es la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y los tuits son los siguientes:
"Nota importante sobre el lanzamiento de la batería de Tesla, mañana. Esto afecta la producción a largo plazo, especialmente para Semi, Cybertruck y Roadster, pero lo que anunciaremos no alcanzará una producción de alto volumen hasta 2022", así escribe Elon Musk, ustedes sabrán disculpar.
Se refiere a algo que hará público hoy, con lo que aspira a sacudir un poco más el mercado de los coches. El fundador de Tesla añadió esto que ayuda un poco a comprender:
"Tenemos la intención de aumentar, no reducir, las compras de celdas de batería de Panasonic, LG y CATL (posiblemente también de otros socios). Sin embargo, incluso con nuestros proveedores de celulares funcionando a máxima velocidad, todavía prevemos una escasez significativa en 2022 y más allá, a menos de que también tomemos medidas nosotros mismos". Recuerden que Tesla construye una nueva fábrica gigante en Austin.
Atención, se trata del mismo individuo que cambió el mercado al crear métodos de pago en línea, como Paypal; también el primer cohete capaz de hacer servicios de envío de satélites al espacio y regresar intacto, lo que cambió también esa industria y más visiblemente destruyó la imagen aburrida de los coches eléctricos.
Las empresas petroleras ponen atención. Shell invierte 2 mil millones de dólares cada año en infraestructura como estaciones de carga rápida de electricidad para vehículos y ya tiene la red más grande en Europa occidental; también en Aurora, una empresa de coches autónomos que por su eficiencia reducen el consumo de energía; en biocombustibles derivados de desechos orgánicos a través de su empresa Raizen e instala parques eólicos en Holanda y Estados Unidos.
En este último país también construye granjas solares y todo eso lo suma a una red de estaciones de carga de hidrógeno en Europa, California y Vancouver, Canadá
Anualmente, Pemex invierte ya más o menos esa cantidad de dinero… en una refinería.
Chile también avanza en el uso del hidrógeno con un proyecto de Siemens para producirlo a partir de agua sometida a electrólisis que separará la H del 2O en su conocida fórmula.
En BP esperan que los costos de producción de hidrógeno para vehículos, que resulta más potente que la gasolina, continúen bajando desde ahora a un ritmo que debe ubicarlos 65 por ciento debajo de los niveles actuales en 2050.
Por ésta, entre otras razones, la misma empresa advierte públicamente que la demanda de petróleo ya no subirá de los niveles que alcanzó en 2019 y en la siguiente década comenzará una declinación.
"En nuestro análisis, para algunos países clave, tenemos el costo del hidrógeno verde cayendo entre un 60 por ciento y un 65 por ciento durante los próximos 30 años", dijo la semana pasada Spencer Dale, economista de esa organización.
Las empresas automotrices deben cumplir con regulaciones que las obligan a reducir sus emisiones, por lo que integran crecientemente modelos de coches que dependen menos de gasolina o diésel, particularmente eléctricos. Busquen en internet el ID.4 y la 'Combi' eléctrica ID. BUZZ, ambos de VW.
Hay dos corrientes de pensamiento y es difícil que las dos acaben con éxito.
Una, la de empresas que cuentan en sus consejos de administración con gente que hizo su carrera en países emergentes y desarrollados, que estiman urgente convertir las petroleras en compañías energéticas. Otra, la de los consejeros de Pemex, que parece no contemplar siquiera un eventual negocio distinto al del crudo.
Una de esas dos corrientes mostrará éxito pronto. Hoy Tesla, de Elon Musk, puede dar pistas de los futuros ganadores.
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