Parteaguas

El proyecto Fénix de… ¿Lozoya?

Lo que son las cosas, 'El Proyecto Fénix' puede derivar en el renacimiento político del acusado Emilio Lozoya.

En días de la primera transición política de México, el presidente que 'tiró' al PRI promovía un proyecto para revivir la petroquímica nacional, que francamente no está claro si alguna vez estuvo realmente viva.

Vicente Fox y su equipo lo llamaban 'El Proyecto Fénix', justamente por las características fantásticas del ave en cuestión y, lo que son las cosas, en una vuelta a la tuerca que dio el destino, puede derivar en el renacimiento político del acusado Emilio Lozoya.

De acuerdo con declaraciones hechas este martes, este exdirector de Pemex expuso supuestos beneficios indebidos recibidos por los inversionistas de la aventura derivada del sueño de orígenes foxistas, pero concluido durante el sexenio pasado bajo el nombre de Etileno XXI.

¿Qué diablos es eso? Si es complicado entender el funcionamiento de las refinerías que surten la gasolina que todos conocen, analicen la dificultad de comprender para qué sirve un complejo llamado así.

Las sospechas de corrupción que ahora pesan sobre esa fábrica de plástico están basadas hasta el momento en su vinculación con nombres como los de Odebrecht, accionista de Braskem, socia de Braskem Idesa, la empresa que controla esas instalaciones jarochas; Javier Duarte, el gobernador de Veracruz durante la terminación de la obra y Enrique Peña Nieto, un presidente que fue jefe de quien hoy en calidad de inocente afectado, señala directa e indirectamente a quienes le obligaron a portarse mal. Hagan sus elucubraciones.

Pero estábamos con lo de Etileno XXI. El etileno se hace con etano que por increíble que parezca, viene del invisible gas natural que extrae Pemex del subsuelo junto con el petróleo y a veces sin éste.

Después de procesos que no leerán aquí, el etileno se convierte en polietileno que puede sonar conocido a quienes por mucho tiempo compraron la despensa en el súper y la llevaron a casa en bolsas hechas justamente a partir de esa materia prima, hasta que las prohibieron en varias ciudades.

Para hacer esa transformación, Braskem en mayor medida, pero también Idesa -una empresa mexicana cuyos accionistas tienen apellidos reconocibles- invirtieron una friolera que bien pudo superar los 5 mil millones de dólares, a fin de concretar el negocio.

Todo para que finalmente en julio, pero de hace cuatro años, inauguraran finalmente Etileno XXI.

Su lógica está planteada sobre la estructura de la perspectiva de la Agencia Internacional de Energía cuyos analistas opinan que el futuro del petróleo está asegurado por un mercado que compra todo hecho en plástico.

Braskem Idesa, propietaria de Etileno XXI, cobró 24 mil 296 millones de pesos en 2018, de acuerdo con los datos más actuales recopilados por Bloomberg.

Ese año sus ingresos crecieron 32 por ciento respecto a 2017 y obtuvo una utilidad de mil 679 millones de pesos, equivalente a 7 por ciento de sus ingresos. El año previo se quedó con 9 por ciento. Márgenes cortos, típicos de la petroquímica.

Lozoya dice que esta empresa obtuvo beneficios del tipo que le dieron acceso preferencial y presuntamente indebido a un insumo muy escaso en México, el etileno, justamente.

Pemex produjo apenas 28 mil toneladas en junio, cifra que apenas superó la mitad de lo entregado un año antes y que ya era también la mitad prácticamente de aquello que fabricaba cinco años antes.

El gobierno de otras eras apoyó el proyecto para reducir las importaciones de polietileno de baja densidad y las estadísticas del Banco de México y de Economía muestran que sí, éstas cayeron 50 por ciento desde 2015, el año previo a la inauguración del complejo veracruzano.

Lo que sería lamentable es que un juicio cargado de política como el de Lozoya termine enjuiciando una inversión privada sobre la que hasta el momento pesa sólo el dicho de uno de los involucrados. Si hubo ilegalidades, que paguen los culpables y caro.

Pero México no está para detener otra empresa enorme a partir solamente de la acusación de un hombre que busca su 'renacimiento' a cualquier costo, incluso el de la estabilidad económica de un país entero.

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