Parteaguas

¿Empujará Biden la Suburban a un ‘barranco’?

La instrucción para agencias gubernamentales consiste en revisar las normas de eficiencia de combustible y emisiones de los vehículos en EU.

Piensen en el coche que quieren comprar como si el dinero no fuese obstáculo.

Si en su mente aparece una camioneta, están justamente en el objetivo de lo que las armadoras esperan vender en los próximos años. Pero ya llegó el presidente Joe Biden.

Entre los documentos que firmó ayer al mayoreo el nuevo mandatario estadounidense, se encuentra uno que apunta a una de las misiones principales de su gobierno: abordar la crisis climática y el calentamiento global provocada por el acelerador que pisan todos los días.

La instrucción para agencias gubernamentales consiste en considerar la revisión de normas de eficiencia de combustible y emisiones de los vehículos en su país.

¿Qué significa eso? Que Ford, GM, Toyota, Nissan, Volkswagen, KIA y todas las demás, están obligadas a revisar cuánto contaminan sus modelos, bajo la lógica del nuevo gobierno, en el ánimo de evitar una posible confrontación con la Casa Blanca que limite el mercado para su producto estrella: las rentables SUV, algunas de ellas, hechas en México.

Una Suburban como las que suele usar el presidente Andrés Manuel López Obrador, bien podría consumir un par de litros de gasolina recorriendo de ida el Paseo de la Reforma, de acuerdo con sitios especializados que estiman en poco más de siete kilómetros por litro su consumo de gasolina.

Comparen eso con un Jetta –solo como ejemplo– que para el mismo camino requiere menos de la mitad de ese volumen de combustible.

La fabricación y mercadotecnia de las empresas automotrices han orillado a consumidores estadounidenses –y también mexicanos– hacia la intención de comprar SUV (Sport Utility Vehicles) por las razones que ustedes quieran expresar.

Una muy buena tiene que ver con el precio de la gasolina. Si bien en México sigue alrededor de 20 pesos, en Estados Unidos cotiza en el equivalente a unos 11 pesos por litro. Llenar un tanque de 100 litros allá es tan oneroso como pedir acá un tanque lleno para un Versa.

No hay mucho dolor en la billetera y pocos recuerdan un golpe a la atmósfera.

Pero las empresas automotrices saben muy bien cómo está el balance de lo que venden cada año y por tanto pueden estimar cuánto combustible consumen aproximadamente todos los coches que vendieron en 2020 y las emisiones que producen. El gobierno estadounidense, también.

Las normas imponen límites en ese número, pero pese a la existencia de nueva tecnología que permite reducir el consumo de gasolina y diésel, esas reglas no han cambiado recientemente en Estados Unidos… ni en México, por cierto.

Los cambios podrían llegar de golpe de la mano de un presidente Joe Biden que además, simpatiza con los coches eléctricos. Tesla se adueñó de ese mercado porque las armadoras tampoco aceleraron en su intención de competir ferozmente.

Dave Cook, un doctor en física por la Universidad de California en Berkeley, aludió ayer en un artículo (https://bit.ly/3a5w1Rx) el problema que es encontrar coches eléctricos en las agencias de vehículos tradicionales en Estados Unidos. Destacó también que las divulgadas inversiones de las grandes armadoras en ese tipo de automóviles no ha superado la que hacen justamente en las SUV. Señala además el rezago en la inclusión de nueva tecnología en motores de combustión interna para reducir su consumo de gasolina.

Un reportaje de Axel Sánchez publicado en octubre en El Financiero destacó que hasta esa fecha, al menos, los especialistas esperaban que la venta de SUV continuara creciendo en el país vecino y que México se beneficiara de su manufactura. https://bit.ly/3c4bsHL

"Cifras de IHS proyectan que para 2027 en Estados Unidos se venderán 13.1 millones de camionetas; esta cifra es superior a los 12.3 millones vendidos en 2019. Mientras que de autos compactos se prevé la comercialización de 3.2 millones, inferior a los 4.8 millones que tuvieron el año pasado", expuso la nota referida.

Pero en octubre, Biden no había sido electo, menos era público su mandato de considerar la revisión de todas las reglas de emisiones de esa industria. El juego puede cambiar.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

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