Parteaguas

¿Por qué los de Santos anunciaron la compra del Atlas en mayo?

El Grupo Orlegui ve negocio en el futbol, el cual concede un margen (EBITDA) del 15 por ciento.

No quiero decepcionar a quien espera aquí una crónica futbolera. Aquí hablaré del negocio, de un negocio atípico que en medio de esta desaceleración hecha en México luce como uno de los pocos que podría motivar sorpresas positivas antes que tropiezos.

En mayo, Grupo Orlegui —dueño del equipo Club Santos Laguna— acordó la compra del Atlas de Guadalajara, ambos, protagonistas de la primera división del futbol mexicano. El grupo es encabezado por Alejandro Irarragorri, un administrador de empresas por la Anáhuac Norte, nacido hace 48 años.

Me dicen que la compra tiene la simple razón de que la empresa ve negocio en el futbol, en el que ofrece el deporte, no en negocios 'aledaños'. Soy escéptico. Hace 10 años platiqué con el exdueño del desaparecido Toros Neza quien me contó que nunca fue rentable, aún en la era del Turco Mohamed, quien puso la atención de México en esa organización. Me decía que ni ese equipo, ni ninguno daba ganancias.

Pero me advierten que eso es distinto ahora y particularmente con el Santos de Torreón, que en Orlegui el negocio del futbol concede un margen (EBITDA) del 15 por ciento. Me explico. El EBITDA refiere las ganancias antes de pagar impuestos y deudas. Si no es positivo, la empresa está en graves problemas y cuando sí lo es, mientras más grande el porcentaje, mejor.

Veamos: Es claro que Walmart de México tiene ingresos mucho más grandes, pero su EBITDA es del 10 por ciento. ¿Es menos rentable en términos relativos? Los datos avalan que mientras el supermercado saca como utilidad 10 pesos a cada 100 que cobra, en Territorio Santos Modelo y sus filiales —entre las que se encuentra el (Tampico Madero) TM Futbol Club— obtienen 15.

Hay comparaciones más útiles: El Manchester United tiene un margen del 32 por ciento y no baja de 30 por ciento desde hace tres años, de acuerdo con la información que entrega al mercado de valores. El Juventus Futbol Club tiene problemas, su margen que llegó a ser superior al 20 por ciento hoy se ubica por debajo del 7 por ciento, probablemente por la inversión en jugadores que por ahora le restó utilidades.

Me aseguran que si bien existen organizaciones que batallan, hay al menos un equipo en México con ingresos superiores a los 2 mil millones de pesos anuales y que es rentable porque es vigilado por accionistas en Bolsa.

¿Qué cambió? Los equipos han vivido invariablemente de una triada: derechos (televisivos, por ejemplo), publicidad y el gameday o los boletos y bebidas que venden el día del juego.

Pero tres cosas cambiaron: la creciente competencia por ganar el contenido que la gente aún quiere ver en vivo; el número de participantes que se lo pelean y la llegada, finalmente, de la afición estadounidense al negocio.

¿Por qué aparece ahora publicidad de la telefónica estadounidense T Mobile en plena cancha del Estadio Corona? Porque es tremendamente barato para la compañía anunciarse en México y ganar mercado entre quienes ven el juego en Estados Unidos.

¿Por qué la Selección Nacional y los equipos de la Liga MX juegan con más frecuencia en ese país? Porque allá el boleto más barato cuesta 70 dólares, unos mil 300 pesos.

La afición mexicana allá tiene más dinero y el público en general que disfruta del futbol es mucho más pudiente. Una franquicia de la US Major League costaba unos 15 millones de dólares hace unos 10 años, hoy unos 200 millones, me aseguran. Sin contar estadio, ni jugadores.

El futbol trasciende. Hay chinos que compran equipos en Europa; corporaciones en España que incluso ya avanzan hacia el basquetbol y mexicanos que quieren comprar equipos de futbol en Sudamérica, como Irarragorri, por ejemplo.

Piensen en un juego más grande: los smartphones. Estados Unidos y China luchan por el control de la red, pero no pueden exhibir un juego en vivo y repeticiones sin pagar derechos. Quien los tenga tendrá mucho poder de control en los smartphones y ese poder es tremendo.

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