Muchos saldrán a las calles el lunes como en calidad de sobrevivientes de un huracán.
El peligro del contagio por Covid-19 no ha terminado, quizás ahora es más elevado, pero muchos ya no soportan el encierro porque lo que amenaza en otro extremo es la pobreza, no sólo para desempleados, sino incluso para aquellos que desde la comodidad de un templete son señalados indebidamente como 'fifís'.
"Estar así es como escoger que te coma un león, o un tigre", dijo recientemente una amiga de la familia.
Desde su circunstancia, si sales, la amenaza es de un coronavirus, si te quedas adentro, lo que muerde es la cartera o el refrigerador.
Los locales familiares ya no van a abrir sus puertas y entrarán a una etapa de negociación, reveló ayer Victor Barreiro en una conferencia a distancia.
Él representa a MRP, una desarrolladora de centros comerciales caracterizados por la palabra 'Portal', como Portal San Ángel o Portal Fresnillo. Durante un encuentro 'virtual' al que convocó la asociación de inversionistas AMEXCAP, expuso el panorama que empiezan a diagnosticar quienes rentan locales para negocios en México.
Barreiro explicó que en las plazas los servicios esenciales aún operan, hay bancos o supermercados que incluso llegaron a tener altas ventas al inicio de la cuarentena.
Saldrán más o menos bien libradas las marcas institucionales… tiendas Guess, Zara, American Eagle...
Esos establecimientos son respaldados por empresas relativamente bien capitalizadas y probablemente seguirán estrategias como la que pretenden cadenas de restaurantes como las de Alsea, entre las que se encuentran Starbucks y Burger King.
Seleccionarán las ubicaciones que dejen una mejor rentabilidad y cerrarán aquellas de márgenes pequeños.
"Pero el grupo familiar es el más afectado", advirtió Barreiro.
Entonces es fácil recordar las barberías... el restaurante de crepas, o al excéntrico individuo que importaba juguetes de colección y que ahora, superado por las rentas y después de semanas de cuarentena en las que hubo que hacer frente a las colegiaturas y a la despensa, ya no tiene con qué contratar ayudantes. Ellos cerrarán.
No serán los únicos. Los hoteles empezarán a abrir en destinos como Cancún o Puerto Vallarta. Serán semanas duras en las que lo que más valorarán los turistas será la 'sanidad'. El riesgo es dormir en donde la noche anterior alguien tosió al grado de irritar la garganta.
Grupo Hotelero Santa Fe, defensor de marcas como Krystal, invierte en una certificación llamada Stay Safe & Clean otorgada por una empresa inglesa que irónicamente debe estar viendo sus mejores días: Cristal International Standards.
El representante del citado consorcio hotelero, Francisco Zinser, prepara a su equipo para el regreso bajo la lógica de que será el turismo mexicano el que devuelva la vida a esta actividad y pedirá eso, sanidad.
¿Ya vieron la campaña Xeguridad360Xafety de Grupo Xcaret, de Miguel Quintana? Hay videos en internet en los que prometen más limpieza que en su casa a quienes los visiten.
Muchos viajarán por carretera, menos por avión, anticipó Zinser. Eso es una seria amenaza para las islas o para regiones que operen como tal. Seguirán siendo días duros para Cozumel, quizás también para Los Cabos, en donde muchos comerciantes tal vez busquen la emigración. Ahí habrá más cierres, probablemente.
Nadie en esta generación pasó ya por la experiencia de una pandemia tan feroz como la del Covid-19, por eso es que pocos tienen claro lo que puede ocurrir cuando el lunes salga más gente a las calles. ¿Será el momento? Algunos piensan que no tienen elección.
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