Parteaguas

¿Qué pueden esperar de AMLO este domingo?

Emprendedores o empresarios que esperen el domingo la revelación de un poderoso plan de apoyo al ambiente de negocios están en riesgo de mostrar ignorancia.

Es fácil entender la ruta del presidente. La narrativa de Andrés Manuel López Obrador es consistente. Por ello, emprendedores o empresarios que esperen el domingo la revelación de un poderoso plan de apoyo al ambiente de negocios están en riesgo de mostrar ignorancia.

Demostrarán que no leyeron el libro 2018 La Salida, ni lo planteado en documentos por Morena en el Proyecto de Nación de la campaña presidencial.

Tampoco el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno y menos, el libro más reciente: Hacia Una Economía Moral, escrito por el mandatario.

Todos esos textos anunciaban la respuesta que ayer brindó López Obrador a una reportera que durante la 'mañanera' preguntó sobre ejemplos de alternativas que serán anunciadas el domingo para los dueños de negocios cerrados como consecuencia de la contingencia motivada por el Covid-19.

El presidente respondió: "Por ejemplo, no aumentar los impuestos, como mantener bajos los precios de los energéticos, como que no haya derroche en el gobierno, que le cueste menos a la sociedad mantener al gobierno, que no haya corrupción, que haya Estado de derecho, que haya oportunidades para la inversión tanto nacional como extranjera, que se tengan buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos para poder vender lo que producimos en México, en fin, muchísimas cosas para reactivar la economía".

También insistió el mandatario en que su gobierno está empeñado en acabar con la corrupción y la injusticia.

Bien por el país, si el presidente continúa en esa encomienda. Todos conocemos a alguien de quien sospechamos que obtuvo su riqueza basado en la ilegalidad de corromper.

Los periódicos mexicanos han publicado en toneladas de papel casos que ejemplifican el perfil de ese individuo que en público muchos abrazan y le sonríen.

A decir del resultado de las más recientes elecciones políticas, ellos acribillaron para la mayoría de la gente el perfil del empresario mexicano, que en muchos casos y muy probablemente en la mayor parte de ellos, obtuvo su dinero cumpliendo con la ley.

Pero los empresarios nacionales no saben comunicar.

Esa tarea siempre ocupa un lugar secundario en los corporativos mexicanos que la encargan a un 'director' que pide favores a sus pares, mientras que en Estados Unidos el trabajo recibe una vicepresidencia que da instrucciones.

Las campañas nacionales son... ingenuas. Ana y Mary, o Pepe y Toño del Consejo de Comunicación, voz de las Empresas son personajes armados con martillos inflables de hule en una guerra en la que a cambio reciben tiros de AR-15.

Dudo que la visita de ayer a Palacio Nacional por parte de Carlos Salazar, presidente del CCE, rinda frutos. Hasta ahora, su relación con el gobierno no los ha entregado.

El presidente no quiere cambiar una estrategia políticamente exitosa. Alcanzó su meta bajo, entre otras, la lógica de no aceptar el endeudamiento del país.

Aunque pedir préstamos para repartir a empresas pequeñas, medianas y grandes sea lo recomendado por algunos, López Obrador sabe que quienes votaron por él posiblemente no lleguen a esa segunda discusión. Muy posiblemente se quedarán en la primera.

Si pide prestado será 'otro más que endeudó al país' en la conciencia de quienes confían en él y que conforman más de la mitad del electorado del país de acuerdo con encuestas de El Financiero.

Además, él no confía en fórmulas preestablecidas como la de pedir crédito para resolver un problema. Vaya, presume de que no usa tarjetas de crédito.

Luego está el asunto de que hasta donde se sabe, nunca enfrentó la tristeza de fracasar en un negocio y tampoco ha batallado con ese doloroso momento de completar con lo de la billetera para pagar 'la raya' de la semana.

Creo que la solución para los emprendedores no vendrá de Palacio Nacional y hay que hacerse a la idea para buscar ya opciones por otro lado. Aquí escribiré al respecto.

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