Parteaguas

Viene una cura de cáncer de próstata. ¿También una para la economía?

AstraZeneca y su socio Merck anunciaron resultados positivos de un estudio de fase 3 con Lynparza en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración metastásico.

El seis, el siete y el ocho. Esos parecen los puntos más relevantes de lo que puede hacer Graciela Márquez por la prosperidad de los mexicanos, dentro de su plan de 10 puntos de política industrial para México. Consideren esto:

La semana pasada, AstraZeneca y su socio Merck anunciaron resultados positivos de un estudio de fase 3 con Lynparza en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración metastásico.

El estudio ahora está validado y el próximo objetivo es que AstraZeneca, que en México encabeza Sylvia Varela, finalmente pida a los reguladores permisos para llevar este medicamento a los pacientes lo más rápido posible.

La parte del mundo de mayor avance tecnológico está instalada en el siglo 21, buscando fórmulas contra el cáncer, encontrando nuevos modelos de transporte y de uso eficiente de energía, o desarrollando nuevas técnicas para la producción sustentable de alimentos para un planeta que albergará en un par de décadas a 9 mil millones de humanos.

Acá nuestros debates se centran aún en discusiones que también pudieron tener lugar en la oficina de Porfirio Díaz hace más de 100 años: ¿Hacemos un tren o no? ¿Refinamos petróleo o lo vendemos crudo?

Por eso, los puntos seis, siete y ocho de la política industrial de Graciela Márquez hacen sentido y arrojan algo de luz sobre un futuro promisorio:

Seis: "Fomentar la digitalización del sector manufacturero e impulsar la industria 4.0, lo cual conlleva, inexorablemente, a una mayor capacitación de nuestro capital humano y a una mayor tecnificación de la mano de obra en general".

Siete: "Modernizar los procesos de normalización e impulsar la infraestructura de la calidad".

Y el muy relevante ocho: "Propiciar la economía de la salud como un elemento esencial para aumentar la productividad y competitividad de mediano y largo plazos".

Lo más avanzado de la economía de la salud nacional es el poco exitoso modelo de 'turismo médico' que intentaron ciudades como Monterrey o Tijuana, pero que topan con el pobre Estado de derecho que sigue espantando visitantes.

Pero Astra Zeneca, la empresa que pronto podría entregar medicamentos para curar el cáncer de próstata es un negocio con ganancias brutas que le entregan un margen de 33 por ciento (EBITDA). Su market cap o el valor de la empresa, aumentó 30 por ciento en cuestión de dos años.

Comparen eso con el de empresas que varios estados se pelean por traer, como las armadoras, cuyos márgenes rondan el 15 por ciento y hoy buscan países en los que encuentran manufactura barata que les bajen costos.

El valor de mercado de Ford, la empresa que canceló un proyecto de inversión en San Luis Potosí como respuesta a amenazas en su contra por parte del presidente Donald Trump, prácticamente no crece desde 2013.

En cambio, el socio de Astra Zeneca también destaca. Merck, dirigida por José-Arnaud de Carvalho Coelho, puede presumir datos aún mejores que los de la compañía basada en Londres: un margen de utilidad del 45 por ciento sobre sus ingresos y un valor de mercado de 217 mil millones de dólares, superior a los 151 mil millones de hace dos años.

Bien visto por la secretaria Márquez, una economista por la UNAM con estudios de posgrado en Harvard, que intenta ampliar las posibilidades de crecimiento de la economía también con la industria 4.0 y con infraestructura de calidad.

Ojalá que el gobierno se lo permita. Una alianza con la CNTE para preparar a la gente que debe estar lista para retos como la ciencia de datos, no ofrece mucho optimismo.

Tampoco las obras de infraestructura cuya lógica se basa en modelos económicos del Siglo XIX. La secretaria Márquez tiene mucho trabajo.

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