Autonomía Relativa

Preocupaciones

Es inquietante que asuntos verdaderamente ridículos, en la 4T tomen forma de finísimas y calculadas estrategias para realizar 'campañas negras'.

Vivimos tiempos de sorpresas. Ni duda cabe. Contra el estilo rancio de la última presidencia, ha llegado una que gusta del estilo "ave de las tempestades": no hay tormenta que no provoque, está en todos los pleitos, organiza el bullying oficial contra los adversarios del régimen. Se puede decir que es novedoso, pero no conozco a nadie que se atreva a decir que es refrescante. Es un estilo áspero, quejumbroso, incluso de humor involuntario. Quizá con el tiempo nos acostumbremos a tener los juicios públicos en las mañaneras y la cantidad espectacular de estupideces y boberías de los colaboradores y seguidores de la 4T. Por lo pronto aquí van un par preocupaciones respecto de dichos y situaciones recientes.

El taco asesino. Los afanes revolucionarios no descansan. En el ánimo de transformar todo, se había tardado el de cómo debemos reinterpretar la historia nacional. La senadora Jesusa Rodríguez, fanática del presidente, parece recién llegada de la Noche Triste y nos ha sorprendido con su original manera de interpretar el ingerir tacos de carnitas. Por los mismos días en que se decretó la abolición del neoliberalismo en boca del presidente, doña Jesusa acusó a millones de mexicanos y a generaciones enteras por siglos porque cada vez que se empujaban uno de maciza, costilla, cuero o –peor aún– un campechano, incurrían en una suerte de celebración de la caída de Tenochtitlan, pues se dice que ese día los españoles cenaron eso: tacos de carnitas. Todo podría caber en una anécdota de una persona desequilibrada, pero se trata de una senadora de la República. No es cualquier cosa. O a lo mejor sí, y podemos ya llegar a la conclusión de que l@s senador@s son cualquier cosa. Lo que preocupa es qué le vieron, por qué eligieron a un personaje como la señora para estar en el Senado y lanzar sus acusaciones por deglutir tacos asesinos. Es posible que por la vía de instalar a esa gente en puestos públicos se alcance la anhelada demolición de las instituciones.

El complot mongol. Es inquietante que asuntos verdaderamente ridículos, en la 4T tomen forma de finísimas y calculadas estrategias para realizar "campañas negras". Resulta que uno de nuestros más reconocidos historiadores, Enrique Krauze, ha sido involucrado por la diputada Tatiana Clouthier –que suple la falta de talentos con enjundia– en una trama de risa loca. Krauze desde hace años ha opinado que AMLO tiene delirios mesiánicos, actitudes populistas y rasgos autoritarios. La novedad es que, supuestamente, se juntó con una bola de ineptos –tipo 4T– para platicar mal del Peje, hacer unos memes y lanzar unos tuits contra el entonces candidato. Todo esto financiado por empresarios. Es idiota imaginar que Krauze pensaba descarrilar al Peje con unos memes. Pero hay quien lo cree y hasta habilitaron a un tipo de nombre Raúl a inventar reuniones y problemas estudiantiles con la gente de Krauze, en especial Fernando García Ramírez –compañero de estas páginas. El señor Raúl publica fotos de la pantalla de su teléfono con mensajes de FGR. Se desprende de esas fotos la enorme satisfacción que le daba a Raúl que lo buscara su jefe, a quien invariablemente le mandaba abrazos. Es posible que Coppel pagara una oficina así de absurda con puros buenos para nada, pues el resultado está a la vista. Pero cada quién decide cómo gastar su dinero; es posible que García Ramírez se sintiera de pronto amo y señor de las campañas, un Karl Rove salido de Letras Libres, y jugara a que metía golpes demoledores al de Macuspana, pero lo único que se ve de lo que hasta ahora sabemos es una gran ingenuidad política. Lo que preocupa es que se crea que quien ha luchado por décadas –mientras AMLO estaba en el PRI– por la libertad, se prestara a un juego de memes.

Dar carta de credibilidad a estas historias nos rebaja a todos. Ser oposición no es delito; pensar tampoco. Krauze tiene las dos y son absolutamente legítimas. Aplaudir su linchamiento nos pone a la altura de Jesusa y sus tacos asesinos.

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