Comisionada del INAI
La Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) conforma una de las mayores bases de datos en el país y ofrece a las personas la oportunidad de descargar datos abiertos.
El directorio de las instituciones es la información en datos abiertos con mayor interés en la PNT, con 559 mil descargas. Conocer quiénes trabajan en cierta dependencia, su cargo y sus datos de contacto pueden ser muy útiles para conocer la integración de las instituciones. En segundo y tercer sitio están los procedimientos de adjudicación directa con casi 524 mil descargas y la licitación pública e invitación a cuando menos tres personas con 518 mil descargas.
Tener estos datos en formatos abiertos permite ejercicios de rendición de cuentas a partir del manejo de grandes cantidades de información. Entre otras obligaciones consultadas frecuentemente están las relacionadas a programas sociales, sueldos, salarios y presupuesto asignado.
En el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) hemos impulsado el crecimiento de datos abiertos. Esto para atender la demanda social sobre la existencia de formatos inadecuados para usar y redistribuir los datos que constantemente generan las instituciones gubernamentales, así como los elevados costos por su reproducción que terminaban siendo una barrera para su aprovechamiento.
Hasta ahora se han realizado más de 55 mil descargas, en este formato, de las nueve millones de solicitudes disponibles en la PNT. Estas pueden ser consultadas en tiempo real, es decir, están actualizadas al momento de la descarga.
De las quejas que interponen las personas inconformes con las respuestas a sus solicitudes se han realizado 2 mil 982 descargas. Mientras que, de la información que deben publicar obligatoriamente las instituciones, son 16 millones 717 mil descargas en las 18 fracciones que marca la ley. Dando un total de casi 16 millones 775 mil descargas en total de datos abiertos en la PNT.
Los datos que están disponibles para las personas son capaces de contarnos grandes historias. Y si queremos que esto suceda, en el sector público debemos aplicar políticas y mecanismos para generar datos que, desde su origen, sean construidos para el acceso público. El sector privado y la sociedad civil, por su parte, también son actores relevantes en la apertura de datos.
De acuerdo con Dave Tarrant, del Open Data Institute: “los datos cumplen con la condición de ser abiertos si cualquier persona puede acceder a ellos, utilizarlos y compartirlos”. De esta forma, los datos abiertos requieren ser publicados en línea para ser accesibles; en un formato común para ser utilizables; y deben contar con una licencia comercial que les permita a las personas reutilizarlos y ser compartibles.
El Sistema Nacional de Transparencia se ha sumado a la apertura de datos pues aprobó –durante su segunda sesión ordinaria en este mes de octubre– la Política Nacional de Datos Abiertos. El proyecto impulsado desde la iniciativa ‘Abramos México’ es una referencia nacional fruto del trabajo transversal que ha sido liderado por mi colega el comisionado Adrián Alcalá.
Por ello, el impacto social del INAI guarda una estrecha relación con la capacidad de que los datos generados alcancen su mayor potencial de uso. Esto lo vemos por ejemplo cuando periodistas, estudiantes y académicos pueden ahondar en algún tema de su interés utilizando como fuente los datos que aquí generamos.
Los datos abiertos no obedecen a una moda en la generación de información, sino a la construcción de un facilitador que permita a las personas interesadas procesar grandes volúmenes de datos para que cuenten sus propias historias.
En la Plataforma Nacional de Transparencia podemos encontrar información que nos permite tomar mejores decisiones de vida y también exigir cuentas ante información que a la luz puede ser una presunta irregularidad.