Julio Madrazo

Ley Bonilla II, ¿en serio?

El gobernador de Baja California intenta pasar una nueva bola rápida vía su bancada en el Congreso de su estado en su intentona para mantenerse hasta el 2024.

Por absurdo que parezca, incluso ante el fallo unánime de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en contra de la Ley Bonilla original, el gobernador de Baja California intenta pasar una nueva bola rápida hoy miércoles vía su bancada en el Congreso de su estado en su intentona para mantenerse hasta el 2024.

En una iniciativa que no tiene razón de ser, salvo buscar por todos los medios que el gobernador logre su objetivo de quedarse ilegalmente en su cargo, llevando el argumento incluso tan lejos como decir que los problemas del Estado se deben a que las elecciones de gobernador y la de Presidente de la República no son concurrentes. Según expone la Diputada Montserrat Caballero Ramírez, líder del grupo parlamentario de Morena en BC, "Cada seis años el gobierno se ha electo un año después del Presidente, lo cual ha traído muchos inconvenientes".

Con esta lógica impecable (sic), todos los estados deberían ser electos el mismo día que votamos por el Presidente. Pero justamente no se hace así, entre otras razones, para que haya contrapesos, mayor gobernabilidad y que no todos los poderes del Estado Mexicano se renueven el mismo día. En el 2021, por ejemplo, habrá 15 estados que votarán por un nuevo gobernador.

En su iniciativa, la Diputada busca adicionar un segundo párrafo al artículo 44 de la Constitución de su estado para que lea:

"El Gobernador será electo cada seis años, mediante sufragio universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible y entrará a ejercer sus funciones el día primero del mes de noviembre posterior a la elección. La jornada electoral para elegir Gobernador del Estado se llevará a cabo el mismo día que la elección del Presidente de la República".

El día de ayer todos los partidos de oposición PAN, PRD, PBC, PES y MC se unieron en contra de la iniciativa. Me temo que estas acciones y la suma de otros actores del estado o a nivel nacional no serán suficientes. Parecería que en la defensa de la democracia y las instituciones los activistas en BC tendrán que recurrir a la resistencia pacífica, a bloqueos o a huelgas de hambre, que se hacían en los 80's en contra del PRI.

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