“Su trabajo no será eliminado por la inteligencia artificial, sino por alguien que sepa utilizarla”.
Iniciemos con esta cita, cuya autoría es difícil de atribuir, y que se ha convertido en parte del imaginario colectivo sobre las implicaciones de la inteligencia artificial.
¿Cuál es el significado de esta afirmación? Sugiere que aún faltan varias generaciones para que la inteligencia artificial reemplace completamente la mano de obra humana. No obstante, nos encontramos en el umbral de una de las herramientas más revolucionarias en la historia de la humanidad para potenciar nuestra capacidad creativa, delegando a las máquinas el trabajo operativo y permitiéndonos concentrarnos en los aspectos más innovadores.
La realidad ineludible para todos los profesionales es que, en la medida en que logremos aprovechar estas herramientas, podremos amplificar nuestro rendimiento tanto creativo como productivo a niveles sin precedentes. A modo de ilustración, consideremos el caso de un artista plástico: anteriormente, en la búsqueda de elementos perfectos para sus obras, como cielos o montañas, se enfrentaba a limitaciones físicas. Actualmente, con herramientas de inteligencia artificial como Midjourney, puede generar cientos de variaciones de estos elementos y, posteriormente, plasmarlos en su obra. El proceso creativo persiste, pero las posibilidades de inspiración se multiplican exponencialmente.
Análogamente, un estratega de marketing puede ahora obtener múltiples propuestas de campaña y enfocarse con mayor profundidad en las estrategias para alcanzar al público objetivo. Este avance no implica la obsolescencia de los profesionales, sino que potencia su capacidad creativa.
Es innegable que nos encontramos ante un nuevo paradigma tecnológico, y es nuestra responsabilidad posicionarnos adecuadamente para aprovechar estas nuevas herramientas en nuestro desarrollo profesional. Asimismo, recae en las empresas la tarea de capacitar a su personal en el uso de estas innovaciones. Nos adentramos en una era donde quienes dominen estas herramientas gozarán de oportunidades sin precedentes en términos de crecimiento profesional y personal.
En cuanto a recomendaciones prácticas, sugiero lo siguiente: en primer lugar, acceder a plataformas educativas en línea y buscar cursos como ‘IA para todos’, que ofrezcan una comprensión fundamental de estas herramientas y su aplicación cotidiana. No es necesario convertirse en expertos en informática, pero sí es crucial comprender cómo aprovecharlas en diversas tareas, desde trabajos académicos hasta responsabilidades laborales.
Adicionalmente, es aconsejable invertir en las herramientas más avanzadas disponibles, como ChatGPT de OpenAI o Claude de Anthropic, que actualmente lideran el mercado. Si bien existen opciones gratuitas de calidad aceptable, estas dos plataformas ofrecen interfaces de usuario superiores y resultados más refinados.
Para concluir, quisiera reflexionar sobre las declaraciones de Mira Murati, quien estuvo en consideración para el cargo de CEO de OpenAI. Recientemente, afirmó que si un trabajo era susceptible de ser reemplazado por la IA, era un trabajo que no debería haber existido en primer lugar. Esta postura, proveniente de una figura prominente en la empresa líder del sector, resulta cuestionable tanto para la misión corporativa como para el espíritu emprendedor humano. Es comparable a sugerir que, dado que los aviones reemplazaron a los barcos como medio principal de transporte intercontinental, estos últimos nunca deberían haber existido.
Para implementar la IA de manera responsable y eficaz, es fundamental comprender y valorar todas las labores humanas y su importancia en su contexto histórico. La responsabilidad de crear una sociedad en la que la IA se integre de manera justa y beneficiosa para toda la comunidad recae sobre nosotros.