El Globo

Biden, G20 y Putin

El encuentro entre Kim Jong-un y Vladímir Putin fue ampliamente publicitada por medios rusos e internacionales, mientras que el G20 se apagaba en India.

Mientras este fin de semana el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presente en la reunión del G20, hizo todos sus esfuerzos políticos y diplomáticos para fortalecer alianzas que afiancen su posición frente a la ofensiva comercial china, Vladímir Putin y Kim Jong-un, de Corea del Norte, se dieron vuelo en anunciar su alianza.

Putin, ausente por obvias razones del G20, al igual que Xi Jinping, aprovechó la cobertura internacional a la cumbre en la India para arrebatarles un poco de atención y estrellato.

El siempre ausente y encerrado –por impresentable– líder de Corea del Norte viajó a ver a Putin en un tren privado para conversar sobre diferentes temas. El más importante, la reserva de armas y municiones en posesión de Corea del Norte, hoy tan urgentes para Rusia por su guerra con Ucrania.

La clave es qué le va a ofrecer a cambio de abastecer sus bodegas y almacenes, para continuar con una ofensiva que suma ya 18 meses.

La visita de Kim fue ampliamente publicitada por medios rusos e internacionales, mientras que el G20 se apagaba en India.

Biden intentó reforzar el mensaje del multilateralismo, con la vigorosa aportación del premier indio, Narendra Modi, quien en la misma semana anunció un nuevo nombre para su país y una nueva misión espacial al Sol, toda vez que alunizaron en el sur de la Luna la semana anterior.

India, poderosa y con impulso, reclama al mundo el reconocimiento de un papel más protagónico en la escena internacional. Por un lado, pretende desprenderse de las inevitables alusiones y referencias coloniales al nombre de India, proponiendo el de Bahrat, cuyo origen se remonta a una ancestral tribu del norte de ese país. Esta iniciativa deberá aún pasar por el Parlamento para que se haga oficial.

Modi tuvo un papel muy relevante en los foros y debates, fortaleciendo la democracia y el entendimiento global mediante mecanismos multilaterales. India tiene sus propias diferencias con China por temas territoriales, que cada nación reclama como propios.

Biden, por su parte, ha sido criticado por sus opositores en Estados Unidos como un líder de edad avanzada, sin energía, incapaz de ejercer un auténtico liderazgo mundial.

De la India, Biden viajó a Vietnam, donde tuvo un triste desempeño en una conferencia de prensa donde fue interrumpido abruptamente por un periodista, y su jefa de prensa tuvo que intervenir para detener el foro y retirar al presidente.

Estados Unidos avanza económicamente, tiene números espectaculares pospandemia, ha recibido más ingresos que nunca, pero no se lo reconocen al presidente.

El tsunami Trump y sus seguidores lo golpean repetidamente argumentando su debilidad, torpeza de movimiento y lentitud de reflejos.

Biden buscó enviar un mensaje de fortaleza y alianza a aliados en el G20, aprovechando la ausencia de China ante su confrontación comercial. En términos de imagen personal, no salió muy beneficiado, aunque tal vez su país recuperó de forma minúscula un espacio internacional que había desatendido.

De regreso a Washington, deberá hacer esfuerzos titánicos para revertir la prensa que habla de la disminución de sus capacidades.

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