El Globo

Brexit: la última y nos vamos

Hoy se puede escribir la primera página del futuro Reino Unido, un país cuya importancia económica y financiera pueda verse afectada por el desprendimiento de la UE.

Puede ser hoy el día histórico en que el Parlamento británico vote el 'plan final' para la salida de la Unión Europea (UE). Hasta altas horas del lunes, la primera ministra Theresa May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, definieron los términos bajo los cuales podrían alcanzar la delicada fecha del 29 de marzo, en que el Reino Unido saldrá de la Unión, con acuerdo –preferentemente– o sin él, en el peor de los escenarios.

Las novedades radican en dos documentos: un Instrumento de Vinculación Legal, que establece el marco para futuras disputas en caso de una liga permanente por la frontera irlandesa; el gobierno británico busca eliminar toda relación fronteriza controlada por la UE; y dos, un segundo documento constituido por una declaración conjunta para buscar nuevos términos y mecanismos alternativos para que esa misma frontera entre la República de Irlanda (país miembro de la Unión Europea) y el territorio de Irlanda del Norte (integrante del Reino Unido) pueda funcionar. El plazo fijado para estos nuevos mecanismos será la primavera del 2020.

La clave estará hoy en el piso de la Cámara de los Comunes, donde los poco más de 600 miembros del Parlamento decidirán apoyar este nuevo acuerdo conseguido por Theresa May. La última vez que se votó el acuerdo que el gobierno había construido en consenso con la Unión, recibió un rotundo rechazo con una votación en contra superior a los 230 votos.

El clima político es tenso. Los simpatizantes del Brexit han exigido mejores términos y condiciones de la UE, mientras que los liberales a favor de un acuerdo más completo o en última circunstancia, la repetición del referéndum, se mostrarán muy probablemente en contra.

El mensaje del presidente Juncker fue claro este lunes: "no habrá tercera oportunidad (esta es la segunda negociación entre ambas partes) este es el acuerdo, o no habrá jamás un Brexit" dijo en tono de advertencia a los señores parlamentarios de la Gran Bretaña.

Si el conteo previo de votos a favor de la propuesta del gobierno no resulta suficiente para su aprobación el día de hoy, Theresa May propondrá realizar la votación el jueves, mientras que este martes se discuta ampliamente. Pero no habrá mañana después de esta semana. O lo aceptan o llegarán al último del mes con la espada cayendo sobre sus cuellos y la entrada en vigor de una salida áspera y sin acuerdo.

La primera ministra podría intentar, en caso de que el voto no se consiga, solicitar una extensión a la Unión para posponer la salida, pero después del mensaje del señor Juncker, se ve prácticamente imposible.

Si ese es el escenario, si llegan al día 29 sin acuerdo marco, las consecuencias inmediatas para los británicos serán numerosas: desde las tarifas telefónicas y el roaming de sus móviles en alzas desmedidas, los precios de los alimentos que la Gran Bretaña importa de Europa (30 por ciento del consumo total), el libre tránsito por países de la Unión; la permanencia de residentes europeos en las Islas británicas o viceversa, ciudadanos británicos residentes en países de la Unión tendrán que iniciar procesos de visa y permisos de permanencia.

Hoy se puede escribir la primera página del futuro Reino Unido; un país cuya importancia económica y financiera pueda verse sensiblemente afectada por el desprendimiento del bloque europeo.

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