La Aldea

Las mentiras de Andrés

El columnista analiza las declaraciones del presidente electo tras la consulta ciudadana sobre NAIM y las implicaciones de la misma.

Las afirmaciones expresadas por el presidente electo en su conferencia del lunes por la mañana al dar a conocer, en un clima de "felicidad" –según sus propias palabras- carecen de sustento jurídico, de apego a los hechos y de la más mínima racionalidad.

1. La decisión que tomaron los ciudadanos es racional, democrática y eficaz. Falso.

No es racional porque a nadie le hace sentido perder miles de fuentes de empleo, empeñar el nombre crediticio del país y dañar la economía (Bolsa, Peso, Bonos, etc) por una decisión política. No es democrática, porque 700 mil ciudadanos decidirán el destino de millones de usuarios de vuelos regulares, de miles de millones de pesos en un mecanismo ilegal no sustentado en el marco jurídico existente y tampoco es eficaz, porque Santa Lucía carece de toda facilidad, acceso, viabilidad para brindar servicio aéreo civil y más de 30 millones de pasajeros. Es y será, totalmente ineficaz.

2. La decisión se toma con absoluto respeto al Estado de Derecho sin afectar los intereses de las empresas y los inversionistas. Falso porque la consulta la realiza un movimiento político (MORENA) con intereses claros, no el INE, no una casa encuestadora respetada por su rigor y su metodología. La mal llamada consulta, no se sustenta en el artículo 135 de la Constitución donde se establecen los criterios para una consulta ciudadana. De entrada no la hace un gobierno –porque no está en funciones- y tampoco una institución con presencia nacional, no se construye una muestra, no se resguardan los paquetes con las boletas y mil irregularidades más. Más aún, no se consulta sobre obras de infraestructura según la ley. Pero además, los intereses de las empresas e inversionistas si se dañan gravemente, porque los bonos mediante los cuales se levantó el capital internacional (3 series de 3 mil mdd las primeras dos, y 1 tercera por l600 mddd) fueron castigados el mismo lunes por las calificadoras enviando su rendimiento el piso.

3. Es una buena noticia que se haya optado por la construcción de dos pistas en Santa Lucía. Falso porque no resuelve el problema aéreo de la capital y del Valle de México; no serán compatibles con el AICM –lo señalan los expertos OACI, MITRE- y requerirán miles de millones de inversión en vialidades, adaptación de edificios, etc.

4. Se aplicó un ejercicio democrático…. Tenemos que ir creando el hábito democrático. Falso. No es democrático un ejercicio sesgado, con preguntas diseñadas como opción –lo dicen los encuestadores- con argumentos incompletos. No es democrático poner mesas de consulta en unos municipios y otros no. No es democrático destinar más boletas a entidades de preferencia electoral a su partido, y ninguna boleta a municipios de no preferencia electoral. No es democrático excluir a ciudadanos de la consulta. No es democrático controlar la realización, resguardo, conteo sin transparencia alguna.

5. Vamos a ahorrar 100 mil millones de pesos. Falso. Primero habrá que pagar e indemnizar los 120 mil millones de pesos ya invertidos en Texcoco; de esos, 100 mil se van directamente a la basura en cimientos y obra que será abandonada; a esto sume usted lo que cueste Santa Lucía: otros 100 mil. ¿Dónde está el ahorro?. Para terminar Texcoco, serían necesarios 100 mil adicionales a los 120, pero el presidente no dice que la inversión que se atrajo, habrá que pagarla con intereses y se irá a fondo perdido.

6. Volvimos a dar un ejemplo a nivel mundial. De vergüenza. Un país que no avala su palabra, que no cumple sus compromisos, que no responde por sus créditos, que no hace valer y cumplir los contratos con decenas de empresas y fondos en el mundo. ¿Ese es el ejemplo? De pena. ¿Quién querrá venir a invertir a un país de incertidumbre jurídica, de vaivenes anímicos, de ocurrencias consultadas?

7. En tres años vamos a tener operando tres aeropuertos. Hoy están operando dos (AICM y Toluca) y ambos, son incapaces de dar afluencia a la demanda aérea de pasajeros y aerolíneas. Santa Lucía no podrá resolver este problema y se generarán otros, como el cambio de aeropuertos para conectar a destinos. Lamentable.

8. Hay la posibilidad de que los empresarios sigan con los contratos pero en otra parte. Falso. Las obras no son portátiles, los contratos se asignan a condiciones muy específicas de terreno, dimensión, distancia, materiales, plazos, etc. No se les puede decir a los inversionistas del mundo o de México "me voy a llevar tu inversión a otro espacio, terreno, desarrollo" porque simplemente no han sido estudiadas las condiciones ni los beneficios. No es rentable. Tendrá que indemnizar a quienes han invertido en Texcoco con un costo elevado. Lo que tal vez sea posible, es que cuando se licite Santa Lucía, esos mismos empresarios o desarrolladores especializados, concursen por una nueva obra. Pero la que se canceló, se murió, con todo y los miles de millones en ella.

9. La decisión de Santa Lucía obedece al mandato de los ciudadanos. Una vez más, 700 mil y más, decidirán el futuro de millones, por la decisión y voluntad del presidente electo. No es un ejercicio representativo, no es ni siquiera, un mecanismo avalado en la ley.

10. No habrá crisis financiera, andan queriendo meter miedo. Estamos ante el principio solamente, pero ya se ven las consecuencias. Devaluación del peso frente al dólar en 3.25%, si lo trasladamos en dólares es del 7%. Caída de la Bolsa Mexicana de Valores 4.20% . Moody's bajó dos niveles a los bonos de inversión aeroportuaria en México y los colocó cerca del catastrófico "bono basura".

La cotización accionaría de ASUR, Aeroméxico, Volaris, OMA y otros grupos relacionados con la aviación oscila del 2.5 al 8%.

Es apenas el principio, pero se prefigura una crisis en el sector, con implicaciones al resto de la economía.

COLUMNAS ANTERIORES

Guerrero arde
Ocultar los fracasos

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.