La Aldea

¡Otra vez los médicos cubanos!

En la crisis sanitaria se encuentra la hipotética justificación para importar a una nueva delegación de 500 médicos cubanos.

Parece obsesión, premisa única, compromiso oculto. Cada vez que se presenta la oportunidad para introducir disfrazadas brigadas médicas provenientes de Cuba a México, el gobierno federal, el capitalino o el de Morelos se prestan rápidamente para justificar una presencia no sólo innecesaria, sino indeseable.

Aunque en su anuncio de esta semana Claudia Sheinbaum señaló que "no son las únicas instituciones con quienes se tienen acuerdos e intercambios", citando a un instituto médico en Alemania y comprometiendo el Instituto Nacional de Nutrición –porque ellos no toman la decisión, la decisión es política y se toma arriba–, la verdad es que son los únicos seudomédicos que vienen a "prestar ayuda en la pandemia".

Ya sucedió entre abril y mayo de este año, cuando más de 500 supuestos especialistas médicos y personal de enfermería de la isla, prestaron sus servicios en instituciones públicas de salud. El IMSS entonces se hizo a un lado y dijeron que con ellos no. Luego fue el ISSSTE y así sucesivamente.

Ahora, bajo el pretexto de la crisis sanitaria que vive este país y de forma señalada la Ciudad de México, se encuentra la hipotética justificación para importar a una nueva delegación de 500 médicos cubanos. Pero le voy a decir lo peor: México les pagó 135 millones de pesos para su 'humanitaria' misión de salvar vidas mexicanas.

Sólo imagine usted ese dinero invertido en cuidar, proteger y salvar vidas de los médicos y las enfermeras mexicanos que, de forma indigna, ocupamos el primer lugar de decesos a nivel mundial. ¿Y si mejor cuidamos a los nuestros, que sí se enfrentan al virus en la trinchera hospitalaria en vez de importar seudodoctores que vienen a realizar otras funciones?

¿Y si mejor invertimos esos recursos en equipo, máscaras, trajes, jornadas de descanso con personal de respaldo –¡que tenemos en México!– en vez de ir a buscar a brigadas médicas dizque humanitarias de escasa experiencia epidémica?

Los colegios médicos de México, las asociaciones de especialistas, las fundaciones relacionadas a salud y a enfermos estallan de furia al escuchar el lamentable y penoso anuncio de la jefa de Gobierno. ¿De verdad?, ¿es en serio? Se nos mueren los nuestros por falta de protección, de medidas preventivas, de turnos de reposo, y mandamos traer de otro país.

Usted se preguntará por qué la insistencia en el tema, y se debe al registro histórico de la función y el papel que estas supuestas misiones sanitarias desde Cuba han jugado en las últimas dos décadas en países como Venezuela, Brasil, Nicaragua y Bolivia.

Son células de propaganda política, entrenados para sembrar pequeñas unidades ideológicas que difundan el mensaje de la revolución. Su trabajo consiste en seleccionar, cooptar, capacitar y entrenar a futuros líderes de barrio, de colonia, de unidades hospitalarias que funjan como agentes ideológicos. Lo de la salud es una pantalla, como se demostró en Venezuela y en Brasil. País por cierto del que, con el triunfo de Bolsonaro, estas brigadas fueron invitadas gentilmente a abandonar su territorio. Lo consignamos aquí hace más de un año.

Sheinbaum, Lázaro Cárdenas Batell –y sus estrechos nexos con la cúpula política de la isla– y el Insabi con todas sus incapacidades, improvisaciones y desconocimiento absoluto sobre el diseño de política pública en materia de salud, son los responsables de esta nueva ofensiva para insertar médicos de Cuba en México.

Lo dijimos antes y lo repetimos: NO QUEREMOS MÉDICOS CUBANOS EN MÉXICO, porque no son médicos, no vienen a hacer ningún trabajo relacionado a la salud pública, nos cuestan un dinero que haría la diferencia a los hospitales Covid en equipo, en personal adicional, en pago de horas extra, en reforzamiento de sus protocolos. No los queremos porque de los 500, calcule usted que más de 300 tienen la consigna de hacer trabajo político-ideológico. Importamos agentes, consumen nuestro presupuesto y los vendemos ante la ciudadanía como la gran cruzada médica cubana a favor de los mexicanos. ¡Falso!

La señora Sheinbaum había difundido mensajes y posturas más claras y enérgicas en torno a la pandemia. Sus mensajes en redes, sus recomendaciones de permanecer en casa, incluso a contracorriente con el presidente y el patético López-Gatell, se habían atrevido a recomendar en redes el uso de cubrebocas.

Sorprende ahora, que después de la única sensatez mostrada por autoridades de este gobierno en torno a la pandemia, se anuncie en voz de la misma señora Sheinbaum la llegada de una nueva delegación de cubanos.

Claro y en síntesis: Es un insulto al personal médico mexicano. Es un agravio y una humillante ofensa, pasar por encima de médicos y enfermeras de este país, de sus muy deterioradas condiciones de trabajo, prestaciones, salarios disminuidos y castigados, horas extra eliminadas, personal adicional y de apoyo cercenado, importar a un grupo de hipotéticos médicos y enfermeras, bajo el engañoso paraguas de la pandemia.

¡Qué vergüenza! Le debemos la vida a este personal que ha entregado las suyas –en no pocas cantidades– para gastarnos 135 millones en activistas cubanos. Penoso, lamentable.

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