Sobremesa

Los pacientes están abandonados a su suerte

La decisión de quitar el Seguro Popular vino a complicar más el desabasto que ya existía, por la necedad del gobierno de querer acaparar todas las compras y el dinero.

“Son las tres y media de la mañana, el taxi se detiene frente a la farmacia. Es la tercera que el papá de Santiago visita esta noche”.

“Esa misma noche, en el norte de la Ciudad de México, Carlos pasa su segundo día en la unidad coronaria del Hospital Juárez. Tuvo un infarto… está estable… el problema es que el hospital no cuenta con estents”.

“Juan Carlos y otros padres de familia en situación similar decidieron bloquear la calle enfrente del palacio de gobierno de Tuxtla… Curiosamente, y sin planearse, a la par ocurría el bloqueo del aeropuerto de la CDMX por familiares en la misma situación”.

“Hazle como quieras, pero no hay, te tienes que esperar a los tiempos del surtido de la farmacia”.

“Elizabeth se atiende en la clínica 46 del IMSS en CDMX…

-Mire, señito. Mire usted. Los anaqueles están vacíos y éstos de aquí me tienen que servir para esta semana.

-¿Y por qué no hay?

-¿Por qué cree usted, señito?

-¿Por el nuevo gobierno?

-Así es, señito”.

“Bastante molesta porque faltaban fármacos para poder resucitar a un pequeño, se saltó a sus dos jefes y amigos, encaró el problema… habló con el director del hospital. Ese fue su gran error”.

Xavier Tello. (Especial)

Éstas son sólo partes de las crónicas desgarradoras de los pacientes, de sus familiares o de los doctores ante el desabasto de medicinas que leí en el libro La tragedia del desabasto, de Xavier Tello.

La tragedia del desabasto (Especial)

La desaparición del Seguro Popular, de las compras consolidadas, el nacimiento improvisado del Insabi y lanzar un decreto de gratuidad para la salud –sin insumos ni experiencia– es, para Xavier Tello, comparable con realizar un trasplante de corazón, removiendo el órgano, olvidando colocar el soporte vital y sin que exista un donador.

Con esta analogía, Tello, en la entrevista que me concedió, aseguró: “Dejando a un lado las cuestiones técnicas, políticas y la ignorancia de las autoridades, lo que se tiene que tomar en cuenta, en primer lugar, es a los pacientes afectados que están abandonados a su suerte”.

Gratuidad

El decreto de la supuesta gratuidad ha afectado más de lo que ha beneficiado, pues la 4T dice que “no se puede cobrar por la salud” y acabó con el sistema de cuotas de recuperación en los hospitales, pero también prohíbe pedir lo necesario a los pacientes cuando no se cuenta con el material necesario, y sin insumos no hay atención.

“El único motivo para hacer esto es porque, si se sabe que alguien está comprando las cosas, automáticamente el discurso de gratuidad del señor Presidente (AMLO) se viene abajo, y están amenazados los médicos para que no hagan ni una receta de nada”, expuso.

Xavier Tello consideró que la política de quitar el Seguro Popular vino a complicar aún más el desabasto que ya existía, por la necedad del gobierno de querer acaparar todas las compras y el dinero.

Empero, resultó que no sabían comprar insumos de salud, por lo que ahora tenemos un sistema que no tiene nada en las farmacias para surtir las recetas de los pacientes y, al mismo tiempo, “aquéllos que requieren sus medicamentos tienen prohibido comprarlos”.

El problema del desabasto comenzó en la segunda mitad de 2019

“Jamás habíamos tenido un desabasto tan amplio y prolongado. Nos quedamos con nada o casi nada, porque las licitaciones que estaban ‘amarradas’ por la administración de EPN se hicieron a finales de 2018″ y los medicamentos alcanzaron sólo para el primer semestre de 2019″.

P LM.- Dices: la atención médica en tiempos de la 4T se entiende como una dádiva y no como un derecho de los ciudadanos.

R XT.- La actual administración está en contra de los sistemas de salud en los cuales no se vea que es el gobierno el que da: quieren que tú acudas a ellos y ellos dártelo en la mano para beneficiar su imagen, pero no para resolver el problema”.

Sobre la falta de medicamentos, recuerda que para algunos es más apremiante el tema. “Cuando tienes cáncer el tiempo corre”, sobre todo en los tumores más graves, porque rápidamente se pueden diseminar y los tratamientos de quimioterapia se deben hacer con los tiempos bien medidos con la combinación exacta de medicamentos; de lo contrario, el cáncer sigue avanzando.

Cuando el secretario de Salud, Jorge Alcocer, dice que no urge, lo que hace es mentir. En esta crisis existe una combinación de tres factores: ignorancia, incompetencia y la ideología”.

Un asunto espinoso que deriva de no tener un sistema abastecido es el caso de la heparina sódica falsificada que le aplicaron a los pacientes de Pemex en Villahermosa, Tabasco, que provocó al menos una decena de muertes porque se tuvo que recurrir a un proveedor externo, tema que quedó en el limbo ante la llegada de la pandemia y el nulo actuar de Octavio Romero.

Las otras víctimas

Hay otras víctimas de las que nadie habla: médicos, enfermeras y personal de farmacia, pues se encuentran en desventaja frente a los reclamos de los pacientes que recriminan que nada de lo que se les receta existe o el que un enfermo no mejore porque no se le aplica el tratamiento.

Casos como lo de Pemex pudieron evitarse, pero el personal médico tiene miedo de hablar, pues al ser empleados de instituciones, tienen temor de ser castigados, lo que ya ha ocurrido, como el caso de una enfermera del Edomex que denunció el desabasto y fue acosada laboralmente, en represalia.

¿Quién es el culpable del desabasto? Pregunté.

“No me gusta hablar de culpa, me gusta hablar de una responsabilidad, porque al final esto es una responsabilidad administrativa. Alguien tomó una decisión, sí, en la cual se vio afectado un sistema. Alguien decidió cómo afectar el sistema de abasto de insumos para la salud. Quién habilitó a gente ignorante que no sabía a lo que iba a sentarse en una silla. No sabían cómo es el sistema de salud. No sabían cómo es el sistema de compras. ¿Quién los puso ahí? ¿Quién ha empoderado a gente incompetente? Gente que no sabe ni quiere resolver las cosas, sino quiere salir del atolladero, como el Insabi, en sus tratos con la UNOPS.

Este “austericidio institucional” del gobierno y que se refleja también en las compras, no se hizo con un análisis serio, pues se eliminaron distribuidores, se desbarataron contratos, se desmanteló todo y se organizó en un sistema que no funciona. Argumentando corrupción, pero hasta hoy no hemos visto una sola demanda o carpeta de investigación. ¿Cuál corrupción? Sólo hay ideología”.

P LM.- ¿Por qué está Gatell en la contraportada?

R XT.- “En muy curioso, pues Hugo López-Gatell muy seguramente es el último de los funcionarios de salud culpable del desabasto. No tiene vela en el entierro. Pero él se quiso envolver en esa bandera y los peores comentarios y los más hirientes se le deben a él. Es por eso”.

Ya es viernes, y de puente, así pues, si buscaban qué leer, ya les dejé una superopción.

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