A pesar de que, durante 20 años, Banjército entregó utilidades a sus trabajadores, desde 2019 suspendió este beneficio social alegando austeridad.
Lo que a continuación leerá seguro no me lo va a creer, pero los propios trabajadores del banco me contactaron para denunciar que las autoridades les han informado que su reparto de utilidades, sí, el derecho de todo trabajador en el apartado A, está “detenido” por indicaciones del entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, debido al plan de austeridad del gobierno federal, pero no dan respuesta alguna sobre cuándo lo entregarán. ¡Quihúboles!
“Ni nos responden ni nada, sólo nos dijeron que no nos las darían, que con ese dinero van a realizar su Banco del Bienestar, pero no es justo porque son utilidades que nos ganamos con el sudor de nuestra frente, nadie nos regala nada, es fruto de nuestro trabajo”, acusaron.
Los empleados, quienes pidieron mantener el anonimato por temor a represalias, indicaron que la fecha límite para recibir el pago de utilidades correspondiente a 2021 fue el 31 de mayo pasado, pero nunca llegó y estamos a nada de llegar a mayo de 2022.
De acuerdo con los datos difundidos por el propio Banjército, del 1 de enero al 20 de septiembre de 2021 se tuvo un resultado neto en utilidades de 3 mil 422 millones de pesos, mientras que en 2020 fueron 3 mil 681 millones de pesos, y en 2019, 2 mil 718 millones de pesos.
“Vea los montos, están en la página de internet del propio Banjército. Es un derecho como trabajadores, es la utilidad generada por nuestro trabajo. No recibimos ningún tipo de bono o comisión por ningún crédito, como en los demás bancos”.
Me contaron que después de que pasó la fecha límite y no recibieron sus pagos, enviaron un oficio a recursos humanos para preguntar sobre el retraso y tajantemente les respondieron que “no tienen derecho a las utilidades porque son empleados públicos”. Si necesita volverlo a leer, pues no da crédito, aquí se lo pongo: “No tienen derecho a las utilidades porque son empleados públicos”. Así como usted se quedó helado, al escucharlos en la entrevista yo también me quedé… indignada.
Pero más indignado se quedará al leer lo siguiente…
“A nosotros no nos pagan bonos por el cumplimiento de metas, ahora es un silencio administrativo. Así comentó el director del banco, Ricardo Flores González, e indicó que estuviéramos agradecidos con el trabajo estable y que gracias a la Guardia Nacional tendríamos trabajo para rato”, narró uno de los empleados.
Les espían redes sociales
Así como lo están leyendo. De hecho, los trabajadores no han tomado alguna acción legal por temor a represalias, ya que, aseguran, Banjército tiene gente que revisa hasta sus redes sociales personales para cuidar que “no manches el nombre del banco”, y si alguno de ellos habla, le buscan o generan cualquier error administrativo para despedirlo.
“No se han tomado acciones legales porque nos dicen que no depende del banco, son órdenes del gobierno federal y la 4T”, agregaron.
Aseguran que el desdén de Banjército es injusto porque no pagan bonos ni horas extras; “entramos a las 7:45 a. m. y salimos a las 7:00 p. m., cuando nuestro contrato dice que hasta las 4:00 p. m. Nos exigen metas de colocación y captación, nos exigen hacer promoción en unidades militares a pesar de la pandemia”, señalan.
Por si fuera poco, tampoco cuentan con servicio médico. Para que se vayan de espaldas, de entrada, déjeme decirles que la atención médica la deberían tener bajo la modalidad de la subrogación del IMSS a través de Punto Pen; sin embargo, como Banjército no paga, pues no los atienden, ni los reciben, ni les pagan a los médicos que ya los atendieron. Ojo, esta denuncia se suma a la que publiqué el 11 de febrero en este mismo espacio, en la cual di cuenta que desde finales de noviembre de 2021 y hasta lo que va de este mes, Banjército en Tijuana tiene a sus trabajadores sin seguridad social. Sí, los tienen sin IMSS.
“Nos lo quitaron, nos quitaron el IMSS, pues nos dijeron que sería una empresa privada, pero le dejaron de pagar, por lo que los gastos médicos, en plena cuarta ola de contagios por la variante ómicron de COVID-19, han corrido a costa de nuestros propios bolsillos”.
Hasta este momento, y luego de señalar las irregularidades del Banjército con sus empleados, ninguna autoridad ha emitido información sobre los derechos laborales que han sido violentados, y mientras, los trabajadores siguen exigiendo explicaciones y soluciones.
Léase, Luisa María Alcalde parece más una aviadora que secretaria del Trabajo, pues de ella ni sus luces ven.
PD...
No podemos olvidar que el Ejército es una de las instituciones en la que más confiamos los mexicanos.
Pero el gobierno ha decidido quitarle las utilidades al banco y pasárselas a Sedena.
“Nos robaron nuestras utilidades para sus obras. Nos sentimos solos, abandonados y, como dirían, con la cola entre las patas, porque todos necesitamos el trabajo y se aprovechan de eso”.