Durante ocho años, una de las incondicionales de Luis Videgaray y excompañera también del ITAM, Alejandra Palacios, estuvo al frente de la Cofece, institución que supuestamente tiene como misión promover y proteger la competencia en beneficio de los consumidores. Qué bien suena, ¿no? Aunque para nosotros, los consumidores, eso quedó en papel hasta el momento en que decidió dimitir el 9 de septiembre de 2021, por supuestas “razones estricitamente familiares”.
Asuntos familiares que, ¿qué cree?, se resolvieron muy rápido, pues en abril de este año Jana Palacios fue incorporada como miembro ‘independiente’ del Consejo de Administración del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), empresa que opera y administra bajo concesión 12 aeropuertos del país, destacando Guadalajara, Tijuana, Puerto Vallarta y Los Cabos, por mencionar los más importantes. Comparte silla en el consejo, que preside Laura Diez Barroso, con Álvaro Fernández, Juan Diez-Canedo, Ángel Losada y Luis Téllez.
Investigaciones sobre las rodillas
En su paso por la Cofece, se caracterizó por emprender una larga lista de controversias para ganar espectacularidad y nunca vimos los supuestos beneficios a los consumidores. Por el contrario, inundó al Poder Judicial de amparos y demandas por una gestión que apuntó más hacia demostraciones de poder y soberbia, buscando debilitar a los intereses creados. Brilló por una cantidad desmedida de resoluciones de supuestas prácticas monopólicas, intentos de imposición de multas y, en fin, múltiples investigaciones hechas… sobre las rodillas.
Recordemos el pleito entre Jana y Banco Azteca, que terminó en litigio; los escándalos por la fusión entre Disney y Fox; la colusión de Palacios para irse, por órdenes y bajo dirección de Videgaray, en contra de bancos y casas de cambio, cuyo fondo era atacar a Agustín Carstens. La lista es larga.
Obsesión por la aviación
Palacios se coló al mundo de la aviación, un sector mediáticamente muy sexy, al que no se cansó de atacar con investigaciones ‘de oficio’, incumpliendo su misión de ser proconsumidores. ¿O a usted le benefició en algo la cacería de la Cofece? ¿Resolvió el problema de saturación de slots en el AICM?
Más bien, con el apoyo de uno de sus incondicionales, Carlos Mena Labarthe, entonces director de Investigaciones de Prácticas Monopólicas, y después Sergio López, causó costos extraordinarios a aeropuertos, aerolíneas y prestadores de servicios cuyos efectos sufren los viajeros porque, ¿qué cree?, esos costos se tienen que recuperar y quienes terminamos pagando los platos rotos somos… sí, adivinó: nosotros los usuarios.
¿Habrá GAP comprado un seguro con la contratación de Palacios? ¿Qué intereses de GAP defendía desde la Cofece? ¿Algún pago de favores o mera recomendación? ¿Qué les gustó o de quién es amiga? ¿Les dará clases de competencia o más bien información privilegiada? No, no piense mal, igual todo es pura casualidad.
¿Actos de autoridad o espectacularidad?
Cuando era autoridad, se fue con todo a querer multar a ASUR, que lleva Adolfo Castro, por más de 70 mdp por supuestas prácticas monopólicas de los taxis y que, por cierto, también se dan en los aeropuertos de GAP, que dirige Raúl Revueltas.
Ni la extinta Mexicana de Aviación se salvó de ser señalada por Palacios por prácticas irregulares. Y es que después de una penosa y amañada ‘investigación’ en la que se tardó años, intentó multar a Volaris, de Enrique Beltranena; Aeroméxico, de Andrés Conesa; y a la quebrada Interjet, bajo la ‘dirección’ del mentiroso patológico de William Shaw. Las acusó de colusión en precios de algunas rutas, situación que está también, ¿en dónde cree?, pues en litigio.
El AICM no se salvó
Atacó al AICM por supuestas prácticas monopólicas, también, ¿por qué cree?, pues por los taxis, pero no advirtió que cada taxi del aeropuerto es un permiso individual federal y que las seis agrupaciones que existen no son las dueñas de los permisos.
Beneficio para el consumidor hubiera sido que lograra regular la convivencia entre los taxis de plataformas digitales y los del aeropuerto, porque los taxis federales pagan derechos, espacios y tienen limitantes, entre otras, el no poder recoger pasaje donde las plataformas sí pueden hacerlo sin pagar derechos. Hoy, el pleito de quiénes pueden ser taxis del aeropuerto o no se lo podemos atribuir a varios, especialmente a Jana y al defenestrado exdirector del AICM Carlos Morán. ¿Y el consumidor? Bien gracias.
Control de los slots
Por cierto, no se le olvide, porque se lo conté desde marzo de 2019, que Jana pretendía, desde la Cofece, ser la controladora de los slots del AICM, que son los horarios de aterrizaje y despegue que asigna el aeropuerto que hace unas semanas fue entregado a la Secretaría de Marina y hoy comanda el vicealmirante Carlos Velázquez.
Los aeropuertos, por naturaleza, tienen cierta condición monopólica. Porque no es como que podamos poner cinco aeropuertos en cada ciudad, ¿verdad? Entonces, forzosamente usted y yo, cada vez que volamos, pagamos en nuestro boleto una tarifa de uso de aeropuerto, la TUA, que resalta ser de las más caras del mundo, por instalaciones y servicios que no corresponden a lo que nos hacen pagar, pero: no nos queda de otra.
La casa nunca pierde
Ahí es donde la Cofece pudo haber ayudado a los pasajeros, pues los grupos aeroportuarios (GAP, OMA y ASUR), con todo y la influenza, el Covid, huracanes, sequías y otros sucesos celestiales, no dejan de generar ganancias. Tan es así que en 2021, peor año para la aviación en la historia, los grupos aeroportuarios generaron utilidades por más de 4 mil 500 mdp.
Hay que recordar que la misma autoridad aeronáutica, sí, la misma que dirige Carlos Rodríguez Munguía, que hoy tiene a la industria aérea en categoría 2 por incapacidad de gestión, es la misma encargada de regular las tarifas aeroportuarias y de autorizar y ‘vigilar’ las inversiones que hacen los aeropuertos a través de los planes maestros de desarrollo, y que les sirven de ‘justificación’ para cobrar la TUA y otras tarifas aeroportuarias.
¿Qué sigue para Jana?
Así que Jana Palacios, exdetective de la Cofece que nada ayudó a mejorar la competencia, sino a incrementar costos, litigios y controversias, y que durante más de dos años trató de congraciarse con la 4T y el presidente López Obrador, y a quien siempre le gustaba opinar de todos los temas en los medios de comunicación, nos preguntamos: ¿qué pistas y alas defenderá ahora como consejera de GAP?